- Expresó el decano del Colegio de Arquitectos, Jorge Tapullima Flores.
“Ese proyecto fue una imposición. Mejor hubiera sido quedarse ahí e ir mejorando las condiciones de vida de las personas. Como ocurre en Brasil, en Europa, en Canadá, en Rusia, en el sur este asiático, que son comunidades anfibias.
Belén no solo podría ser un modelo de asentamiento fluvial urbano, sino también un polo turístico. Se puede hacer, la clave es que la población participe. Así se debió trabajar en el primer proyecto, pero vino la imposición y la cosa no funcionó.
La nueva ciudad de Belén (Varillalito), es como una invasión con bonitas casas, pero que no reflejan las condiciones climatológicas de la zona. Son casas pequeñas con ventanas de vidrio, la población que va no tiene capacidad de respuesta ante el deterioro de la vivienda.
Se rompe una ventana de vidrio, entonces ponen telas, plásticos, triplay, no hay agua, no hay desagüe, menos colegios. Se pensó, se pensó, y no se ejecutó. Me parece que ese proyecto ya es una carga para el ministerio de vivienda y no saben qué hacer con ello. Deben hacerse proyectos consensuados” habló el decano del Colegio de Arquitectos de Loreto.





