– A causa de un conductor ebrio

Sus padres siempre le habían enseñado a obtener las cosas con esfuerzo. Es por eso que hace dos noches Roberto Claudio Ríos Tananta, de 16 años, tomó prestado el motocarro de su padre con el fin de ganarse unos cuantos soles extra y con eso poder comprar una pelota de fútbol para pelotear con sus amigos. Pero su destino era otro: mientras buscaba pasajeros el joven fue embestido por otro vehículo, manejado por un conductor ebrio, lo que causó que su motocarro se voltee y que el adolescente resulte herido.
Los padres de Roberto, quienes desconocían el paradero de su hijo, recibieron la noticia al promediar las 5:30 de la mañana: «Un vecino, que conocía a mi hijo, nos dio la alerta pues él vio lo que sucedió. De inmediato fui a buscarlo al Hospital Apoyo Iquitos donde había sido trasladado y lo encontré aun con todas sus facultades y con una herida en la mano. Después de un rato mi hijo empezó a quejarse de fuertes dolores de cabeza, creo que él presentía lo que iba a suceder porque no dejaba de decirme que ese dolor lo iba a matar», manifestó la dolida madre.
Al comunicarle a las enfermeras las dolencias de su hijo, ellas respondieron esquivamente y no cumplieron con atenderlo de la manera debida: «Me dijeron que por el golpe era normal que le duela la cabeza y que tenían que esperar al doctor para poder administrarle algo. No pasó mucho rato y mi hijo empezó a vomitar sangre, es ahí recién cuando lo meten por Emergencias pues lo tenían afuera en una camilla. Mi hijo estuvo bien casi todo el día pero la falta de atención lo empeoró», declaró la Sra. Tananta.
«Después de eso yo me quedé muy consternada, ya no sabía qué iba a pasar con mi Robertito. Siguió empeorando, de pronto ya no tenía fuerzas, me abrazó fuerte, me pidió que lo abrace y me dijo ‘mamá creo que ya no nos veremos más’. En es ese momento que empieza a convulsionar y lo llevan de prisa a UCI, pero yo ya sabía que había perdido a mi hijo», manifestó entre lágrimas la mamá de la víctima, «él era mi amigo, me contaba sus cosas, me hacía bromas. No sé si lograré recuperarme de esta pérdida», dijo la señora entre sollozos.
Esta es otra prueba de que la seguridad vial en la ciudad debe ser reforzada y que se deben aplicar sanciones más drásticas a aquellos conductores que estén tras el volante en estado de ebriedad. Vidas inocentes son perdidas a diario por la falta de orden en nuestro sistema de tránsito y porque no se hace el esfuerzo suficiente para hacer cumplir las leyes que deben acatar todos los vehículos. (C. Chunga)






Choferes imprudentes manejan ebrios por q saben q con 20 soles, incluso menos pueden sobornar a la PNP la institucion mas corrupta lamentablemente