- Expresó el padre Agustín Arévalo, en el marco de la paraliturgia por el 160 aniversario de Iquitos.
Recordando así una estrofa del conocido vals Iquitos, que bien entonaba el Dúo Loreto. “Esta grandeza tan especial hace eco en nuestros corazones, estas mismas palabras para quienes hemos tenido la dicha de nacer en esta tierra.
Se celebra el aniversario de la ciudad y la llegada de la gloriosa Marina de Guerra del Perú a estos lugares tan alejados de la capital de nuestro país, hace 160 años. Para la presencia del Estado y cumplir la misión de defender la soberanía, combatir los ilícitos, mantener y fortalecer la paz social junto a las autoridades.
Esta ciudad tiene tanta historia por la cual debemos dar gracias a Dios y pedirle que derrame su bendición sobre todos nosotros y el trabajo que realizamos cada día. Como dice la palabra de Dios, qué si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles.
Somos conscientes entonces de la necesidad de tener siempre a Dios en nuestras vidas y la población iquiteña de la mano con sus autoridades, para formar una ciudad justa y solidaria.
Esta ciudad fue testigo del heroísmo de sus habitantes y de quienes han venido a servir en ella, como tantos héroes loretanos y otros, quienes ofrendaron sus vidas por legarnos una tierra linda y próspera.
Que su testimonio, en estos tiempos, nos inspire a comprometernos en los servicios al prójimo y nuestra entrega generosa para hacer de nuestra ciudad y la Amazonía, una verdadera casa del Dios del amor y nosotros de Jesucristo Salvador”, dijo emocionado Arévalo para al final pedir un Padre Nuestro y un Ave María.