Por: Duller M. Vásquez Gonzales
La publicación de importantes artículos en los primeros días del mes de marzo del 2013, «Iquitos, Hacia la Modernización Urbanística» de Miguel Ángel Montalván y el anuncio de la alcaldesa de Maynas, arquitecta Adela Jiménez Mera, de promover Proyectos de Urbanismo Sostenible, así como la realización del «Primer Congreso Internacional de Arquitectura y Sostenibilidad», a llevarse a cabo en nuestra ciudad del 18 al 21 de Julio próximo, constituyen noticias sugestivas que hacen abrigar esperanzas que quizás, desde ahora, nuestras autoridades no dejarán pasar la oportunidad y, luego de la ejecución de este evento internacional, emprenderán acciones de ordenamiento y mejoramiento urbanístico en la capital de Loreto.
La ciudad de Iquitos, durante el apogeo de la explotación y comercialización del caucho, de 1890 a 1914, aproximadamente, adquirió un desarrollo importante no solo en el aspecto poblacional, sino también en lo económico, con la llegada de capitales extranjeros que transformaron el ambiente de pueblito ribereño que tenía, en el de una ciudad pujante y bella, con la construcción de edificios según los modelos europeos, con materiales permanentes como el fierro, el cemento, losetas y maderas finas importadas para los muebles, que le dieron un aspecto de distinción y de buen gusto arquitectónico, con edificios como la Casa de Fierro, el Hotel Palace, la Iglesia Matriz y otros más, que se encuentran en el radio urbano de la ciudad y que todavía se mantienen, aunque con la destrucción paulatina y constante de muchos de ellos, en un concepto equivocado de modernidad.
Luego de los sucesos dramáticos que vivió la población de Iquitos, con la caída repentina de la comercialización del caucho en los primeros años de la segunda década del siglo pasado y la enajenación de gran parte del territorio del norte de Loreto, durante los gobiernos de Leguía y Benavides, que ocasionaron protestas, levantamientos de insurrección y enfrentamientos bélicos, con la muerte de valerosos patriotas que le defendieron; la ciudad entró en las décadas del veinte y del treinta, en una etapa de desolación y marasmo, que duró hasta fines de la década de los cuarenta, en la que la mayoría de sus pobladores vivían, con resignación las condiciones socio-económicas impuestas por un sistema centralista, y por la falta de fuentes de trabajo, la carencia de industrias o de un comercio dinámico, así como la inexistencia de Instituciones de formación o de capacitación profesional, motivó que muchos jóvenes emigraran a otros lugares en busca de un mejor porvenir.
Esta situación comenzó a cambiar a partir de la década del cincuenta, con la llegada de inmigrantes de la Costa y de la Sierra, que dieron un nuevo impulso al comercio y a la economía en la región amazónica, se abrieron en Iquitos sucursales de Bancos como El Popular, de Crédito, el Hipotecario, el Wiesse, el Continental y el Amazónico, de capitales loretanos este último, la mayoría de ellos ya desaparecidos, se levantaron nuevos edificios aunque en forma desordenada, dando a la ciudad un aspecto de Asentamiento Humano emergente, en el que cada uno construye su edificio según su libre albedrio, con fachadas de paredes llanas, sin molduras que las adornen en las puertas y ventanas, pintados con colores inadecuados y veredas de distinto nivel que las demás, que son un peligro latente para las personas que transitan, sobre todo en las noches.
Es censurable la acción de algunos propietarios, que en un afán equivocado de modernización, hayan destruido edificios que daban realce a la ciudad por su buen diseño arquitectónico y urbanístico, como los edificios donde ahora se encuentra el Banco de Crédito, y otros más, en el perímetro urbano a la plaza principal. Esta acción de destrucción no debe continuar, es necesario proteger, mantener en buen estado de conservación el patrimonio monumental, cultural, histórico, artístico y ambiental de la ciudad, estableciendo un fondo económico si no existe para tal fin.
En muchas ciudades del país como el Cuzco, Lima, Huancayo, Junín y también del extranjero, las calles y los edificios parecen limpios y bien pintados, siendo lugares turísticos reconocidos y de grato recuerdo para quienes los visitan. El viajero que llega a una ciudad, luego de instalarse lo primero que hace es recorrer sus calles, plazas y el mercado. La Plaza Principal y el mercado son puntos principales donde el viajero obtiene una idea clara de lo que es la ciudad y lo que encontrará en ella. Los turistas que llegan a Iquitos, luego de conocer la Plaza Mayor se van a un albergue de la Selva y de allí a un avión de regreso. Es necesario ofrecer al viajero una ciudad limpia y acogedora, con buenos servicios de luz y agua, y que al recorrer las calles y plazas se lleve un buen recuerdo de ella por el orden y buen gusto ambiental que presenta.
Al respecto, las Iglesias de las ciudades son vistas de frente, para apreciar su forma arquitectónica, el tono de colores con que han sido pintadas así como el fondo o ambiente que enmarca su estructura. En muchas ciudades de la costa y de la sierra, el fondo ambiental de las iglesias lo constituyen los cerros o el cielo azul con sus nubes blancas; en la ciudad de Iquitos, ¿Cuál es el fondo que tiene la Iglesia Matriz?. Desde las primeras cuadras de la calle Fitzcarrald se ve una torre de fierro, construido más alto, detrás y al costado de la Iglesia, con sus antenas de fierro dirigidas al cielo, en contraste rudo con las líneas suaves y estilizadas de la torre de la Iglesia.
No estoy en contra de la Compañía de Teléfonos ni del desarrollo de la ciencia y de la tecnología, que nos proporcionan beneficios, confort y desarrollo a los seres humanos, pero existe un impacto visual de contraste violento entre las torres de ambas entidades, que no deben aparecer juntas por los objetivos diferentes que poseen. La Iglesia Matriz es un patrimonio monumental, cultural, religioso e histórico que debe ser respetado; su torre con su reloj que marca el paso continuo del tiempo, es anunciado con los sonidos suaves y graves de sus campanadas; y la cruz situada en la cúspide de la torre, no debe tener la contaminación visual que presenta ahora, solo debe tener como marco ambiental el cielo cerúleo y las nubes que le adornan. Los funcionarios de la Sede Central de la Compañía de Teléfonos, con el buen tino, comprensión y voluntad que poseen, accederán de buen grado al traslado de la torre a otro lugar, quizás al otro local en la misma calle, los avances de la ciencia permiten obtener los objetivos que se pretende, cuando esto suceda, Iquitos y su plaza Mayor con su Iglesia que representa su cultura y religiosidad, adquirirá mejor aspecto y comenzará a perfilarse como una ciudad de destino turístico, además de la tranquilidad de la selva, y apreciarán también en ella, los edificios grandiosos del Museo y el Teatro Regional a levantarse, entonces será llamada en el futuro, Iquitos, Ciudad Maravillosa, junto a otra Maravilla Natural del Mundo, el gran Río Amazonas. A realizarlo entonces desde ahora.