Titulares

Invasiones de terrenos

Por la década del 70, Iquitos vivía los días en que conocidos dirigentes populares de ese entonces lideraban las invasiones de grandes lotes de terrenos, que si bien tenían posesionarios, nunca habían sido utilizados en los fines por los que se les había otorgado la posesión.

 

Los terrenos eran de extensiones respetables, como respetable también era la cantidad de personas que había abandonando sus tierras en los pueblos amazónicos para establecerse en Iquitos, donde se vivía la fiebre del boom petrolero como centro de operaciones de las empresas de servicios y compañías petroleras. Esas personas, al llegar a la metrópoli, se alojaban en casas de familiares que al poco tiempo les pedían dejar sus viviendas porque para ayuda ya estaba suficiente.

 

Así poco a poco, se fueron instalando en zonas lejanas a la ciudad. El cinturón de Iquitos iba poblándose. La Circunvalación, San Antonio, 9 de Octubre, Prolongación Putumayo, Sinchi Karis, eran nombres que habían adoptado lo que hoy se denominan asentamientos humanos. Eran los pueblos jóvenes que se iban formando gracias a la toma de los terrenos de personas influyentes que habían tenido la bendición de que funcionarios amigos les asignaran grandes lotes de tierras en las afueras de la ciudad.

 

Quienes movían al pueblo pobre a invadir los terrenos, eran líderes populares de quienes no se conoció denuncias que desdibujaran su labor social. Eran personas comprometidas con las causas populares, fieles a sus ideales de justicia social. Preferimos guardar entre nuestros mejores recuerdos los nombres de los hombres que hicieron los grandes pueblos jóvenes de Iquitos, unos ya en el descanso eterno y otros aún con vida, porque no quisiéramos, por una omisión involuntaria, lesionar sus sentimientos. Pero que tengan la seguridad  que les reconocemos su obra en bien de los sectores necesitados.

 

Hoy, con el paso de los años, los líderes de las invasiones no pasan de ser unos traficantes de terrenos que aprovechándose de la necesidad de vivienda de los pobres, les extorsionan y estafan con la promesa de darles un lugar donde levantar una humilde casita donde pasar sus días. Que a ellos les caiga todo el peso de la ley, porque quien trafica con la pobreza no merece más que castigo.