Intensa sequía del río Amazonas a la altura del centro poblado “Santa Rosa”

  • Ayer se recordó su denominación como “Maravilla Natural del Mundo”.

Se le conoce también como el río más caudaloso del mundo. Sin embargo, las personas que por estas fechas pueden navegar sobre sus aguas y llegar hasta la frontera con Brasil (Tabatinga) y Colombia (Leticia) creerían que lo del río más caudaloso del mundo, no tiene asidero alguno.
La nave fluvial Ferry, conocida por algunos como el “avión acuático” por la comodidad del viaje en su interior; hoy mismo debe dejar el yate a unos dos kilómetros de Santa Rosa. A la altura de la comunidad de “Rondinha”.
Los motocarros que esperan en la parte alta, cobran 15 reales (unos 12 soles) hasta Santa Rosa. Y para los que quieren ir en bote de frente a Leticia o Tabatinga, éstos cobran 20 reales (unos 17 soles).
Los que quieren conocer más a fondo, caminan esos dos kilómetros hasta Santa Rosa, como lo hizo este medio de comunicación. No por tacañería sino para observar más detenidamente la comunidad de Rondinha que está justamente frente a Leticia (Colombia). Y para conversar con las personas del lugar.
De inicio se ve sus viviendas bastante pobres. Pero ninguna de ellas dejaba de tener la bandera del Perú. Incluso en todo el recorrido, al lado del río habían colocado palos con las banderas peruanas. Unos vecinos dijeron orgullosos que ellos habían hecho esa carretera, porque el Estado no hacía nada por ellos, por eso era que Colombia se pronunciaba diciendo que la isla les pertenece.
Sobre el río Amazonas minimizado, se vieron dos buques de la Marina de Guerra, así como una ambulancia acuática. Nada más. Al salir de Rondinha e ingresar a la calle “Hernán Garrido Lecca”, que lleva al corazón de la Isla Santa Rosa; el río Amazonas en el lado peruano causa una sensación impresionante.
Impresionante porque se conoce del caudal inconmensurable que muestra en días de creciente. Todo ello convertido en una pequeña poza y al día siguiente convertidas en unas pocitas insignificantes. Era como apreciar o recordar el pasaje bíblico de Moisés y el Mar Rojo.
Cuando los israelitas eran perseguidos por los egipcios. Cuando cruzaban por el camino que había quedado seco al abrirse el mar. Luego los israelitas lo cruzaron corriendo para no ser atrapados por el ejército egipcio que iba en carros de guerra y pretendía matarlos a como dé lugar.
Volviendo a la realidad fronteriza y a observar la inmensa vaciante; se veía a personas caminar hasta el pequeño río que ha quedado del lado fronterizo. Así como los motociclistas atravesar con sus vehículos por todo ese camino seco. Camino mezclado entre lodo negro, agua estancada y arena briosa.
Canoas varadas como en una pista de estacionamiento, aún con hojas de plátano que en horas de la noche habrían servido para recibir a más de una pareja deseosa de hacer algo extraordinario sobre el camino seco del río Amazonas. De hecho, puede ser considerada como una anécdota inolvidable. Aunque para muchos de ellos, de escasos recursos, puede ser algo casual porque su prioridad es ahorrar lo máximo en lugares para los placeres que les brinda la vida.
Los negocios que siempre se ubican en la boca del ingreso al centro poblado Santa Rosa, se han adentrado hasta el pequeño río en que ahora está convertido el Amazonas. Venden sus comidas, bebidas etc. Todo pago se hace con la moneda brasileña del Real, que para un peruano resulta mejor, por estos días. El sol vale más. Aunque definitivamente se debe ver ese tema, pues la Isla debe manejarse con la moneda peruana.
Una mezcla de motocarros, botes, grifos flotantes, etc. daban la sensación de una feria de pueblo. No era un caos, si se aprecia el esfuerzo de cientos de personas que vienen aprovechando de esa sequía para ganarse algunos reales. O pesos. De ahí para ir a Leticia o Tabatinga, solo cobran 5 reales, algo de 3 soles 50 céntimos.
Lo cierto es que por estos días llegar a la frontera es encontrarse con un panorama muy diferente al observado en época de creciente. La vaciante ha corrido el telón y muestra lo que en décadas futuras podría pasar si es que no se sigue cuidando el medio ambiente. La pregunta flotaba en todo momento: ¿Qué pasaría si el río Amazonas se seca totalmente? ¿Qué pasaría? Todos sabemos la respuesta.
(Luz Marina Herrera Lama).