Por: Aldo Atarama Lonzoy – Abogado.
Juez y profesor de derecho procesal.
Había entrado jubiloso, el pueblo lo recibió con palmeras y el dio su bendición a este pueblo de Jerusalén (era domingo de Ramos), y él había bendecido esa algarabía, sabiendo lo que iba a pasar, por predicar la palabra del señor, sería traicionado, seria detenido, sería maltratado, falsamente acusado de insurgente, corrupto y pervertidor, pero ahí estaba para enfrentar su destino, para enseñarnos a ser paciente, ser humilde, ser un verdadero hijo de Dios.
Uno de sus discípulos lo traicionó por treinta monedas de plata, lo entregó, dando falsa información, (judas) lo vendió, se convirtió en un delator, un colaborador eficaz de quienes lo perseguían, de quienes lo detestaban por hacer el bien, por predicar el amor, la paz y la igualdad de todos los seres humanos, eso no les gustaba y no les gusta a algunos, hoy, se les promete no llevarlos a la cárcel, no abrirles proceso, no investigarlos, si delata a quienes ellos quieran agarrar, en nuestra realidad esto no es nuevo, en la llamada época del terrorismo se presentaron muchos “arrepentidos”, a quienes se les dio mucha credibilidad, y llevaron a mucha gente a las cárceles, y fueron condenados a altas penas privativas de libertad, sin pruebas reales, solo con el dicho de un colaborador eficaz, de tal suerte que el propio dictador tuvo que formar una comisión que encabezo el padre Huber Lancier, y tuvo que indultar a cerca de novecientos casos de gente inocente que estaba condenada por actos que nunca cometió.
El caso de Jesús de Nazaret fue terrible, nunca se le imputo hechos que fueran considerados delitos, pues solo aparecieron temas genéricos. “insurrección”, “Corrupción”, “pervertor”, es decir no había una imputación concreta, no se señalan hechos que hubiera cometido y que estuvieran sancionados por las leyes judías, por eso los fariseos no fueron capaces de juzgarlos ellos mismos y prefirieron enviarlo ante el gobernador romano, que no era el Juez Natural, pues toda la potestad jurisdiccional en Judea correspondía a la autoridad judía, pero como nunca hubo una correcta tipificación, solo era sindicación, no fueron capaces de juzgar a un inocente con cargos falsos e inventados.
Nunca hubo un hecho concreto que calificara como delito, pues predicar la palabra del señor, sin embargo, se simuló un juicio acorde a lo que pedía la muchedumbre que hacía poco lo había recibido con palmas y canticos a la entrada de Jerusalén, se conspiro entre los sacerdotes por que sus predicas les quitaba poder por que los desenmascaraba y ellos no querían perder el Poder.
Pero los propios verdugos tuvieron vergüenza de ser su juez, los fariseos no se atrevieron a Juzgarlos ellos mismos y por eso lo enviaron ante Poncio pilatos quien les dijo que no tenia jurisdicción para juzgar a un hombre que no tenía autentica imputación, esto es que los fariseos se lo devolvieron para insistir en que sea juzgado por quien no tenía competencia para hacerlo, por eso Poncio Pilatos se lavó las manos y tuvo que condenarlo sin haberlo oído, pues Jesús de Nazaret guardo silencio, no pronunció ninguna defensa, conociendo las intenciones de sus Juzgadores, diga lo que diga ya estaba condenado, pues esos Jueces no eran imparciales estaban imbuidos de lo que decía la muchedumbre, de los que digan los fariseos que quisieron quitárselo de encima, pero no obstante ello quiso salvarlo y ofreció a Barrabas para canjearlo, pero una vez más la muchedumbre escogió a Barrabas para salvarlo, y con ello condenó a su auténtico salvador, y pese a no tener hechos, ni ley para juzgarlo le impuso causas falsas como de ser insurgente contra el Imperio.
Jesús fue azotado, amarrado, coronado con espinas, le pusieron una capa sobre su cuerpo maltratado , es decir lo torturaron, y no pudieron sacarle ninguna confesión de algo que no había hecho, lo pasearon por las calles de la ciudad cargando su propia cruz, mientras la gente clamaba “Crucifiquen a Jesús”.
Nunca tuvo un abogado defensor, y su derecho a su inocencia jamás se tomó en cuenta, él tampoco se defendió porque nunca le dijeron cuáles eran los cargos ante los que tenia que defenderse, solo y como buen hijo de Dios solo atino a aceptar los designios, pues nunca se estableció su responsabilidad, por que nunca se le sindicó claramente de que debía defenderse, pero él ahí siguió diciendo su verdad.
Es tiempo de reflexionar, aunque sea después de mil años, porque un hombre tuvo que morir de la manera más cruenta posible crucificado en la cruz, si nunca le dieron las posibilidades de ejercer su derecho a la defensa, nunca se le permitió exigir un debido proceso, no se le dijo cuales eran los cargos que pesaban sobre él.
Nunca hubo pruebas contra Jesús de Nazaret, los dichos de supuestos testigos fueron inventadas nunca corroboradas, sin embargo, lo llevaron a la muerte, porque así lo pedía la muchedumbre.
Los Judas y Pilatos existen aún en nuestra realidad, y los jueces parcializados con la vendetta siguen existiendo en nuestra realidad, se parcializan se convierten en anti hombre por defender a la sociedad, pues a pesar de los dos mil años, seguimos clamando una justicia independiente, una Justicia certera, una justicia que defienda los Derechos Humanos de las personas, que se les condene con pruebas idóneas, con procedimientos establecidos en la ley, los jueces debemos ser independientes autónomos y resolver conforme a ley.
Si bien es cierto que el mundo a cambiado, hay mejores formas de garantizar los derechos de las personas, sin embargo, recodemos hoy a Jesús que fue un mártir de esas épocas, pero eterno por predicar la palabra de Dios y nos legó la eterna rebeldía de un hombre que fue condenado a muerte por pedir amor, paz e igualdad.
Estos días de conmemoración de una muerte injusta sin debido proceso debemos reflexionar sobre el papel de cada uno en una sociedad llena de contradicciones, llena de persecutores y fariseos que claman una cosa y hacen otra, que inventan pruebas falsas porque de todas maneras quieren conseguir el sufrimiento de la persona, del ser humano, sin embargo, aún hay esperanza, porque todos buscamos lo que Jesús nos enseñó, Amor Paz e igualdad.





