Ingreso “liberado”

Desde hace buen tiempo que no recordamos exactamente cuándo, que el ingreso de pista de concreto que dirige hacia el puerto Masusa, se ha convertido en una especie de zona liberada de venta de bebidas alcohólicas, música a muy alto volumen y escenas que perturban la tranquilidad.
Es que estamos hablando no de horas de la noche, que con permiso municipal se regulan este tipo de comercios, sino de día, de tarde y de noche, evidenciando que no existe un control, siendo que además de locales de diversión existen viviendas familiares y hospedajes.
El alto volumen que se emiten de todos los locales que están uno tras otro, hacen un efecto de competencia descomunal de ritmos y voces; lo cual está reñido por las normas legales, pero no se regula nada, y en este sector ya se han producido varios crímenes y violencia por personas en estado de ebriedad.
Al parecer se piensa en el derecho de los negocios, pero no de los ciudadanos y personas que están de paso por el lugar y corren un enorme riesgo de cruzarse con gente fuera de sí que pueda causarles algún daño. Nadie está en contra de los emprendimientos de diversión, pero existe una regulación para los mismos.
Este mal ejemplo, por decirlo de alguna forma, se está extendiendo a más sectores de esta zona conocida como Masusa, lo que además de otros peligros como la delincuencia y el pandillaje, este tipo de establecimientos descontrolados ponen en mayor riesgo a los habitantes en general.
Lo que la ciudadanía en general debe aprender y todos entenderlo así, que, en un espacio de comunidad, de ciudad o de metrópoli, existen reglas de convivencia, ordenamientos, normas, que en base a la legalidad nacional tienen que acatarse y las autoridades de turno hacer cumplirlas. Nuestra patria necesita esas muestras de respeto, que nos harán dignos de habitarla.