Un recorrido por los pasillos y diferentes ambientes del hospital regional de Loreto, nos recuerda la época del director Dr. Francisco Bardales, cuando se propuso habilitar el departamento de Oncología, así como la Unidad de Quemados, la atención a los adultos mayores, entre otros servicios que no estaban operativos.
En ese entonces se hablaba y recordaba que el hospital regional no estaba funcionando al nivel que le correspondía, y nos estamos remontando a más de quince años atrás y esa preocupación era una constante y la búsqueda de cómo darle la categoría que correspondía, en beneficio de los pacientes loretanos.
Ha pasado tanto tiempo y si bien esos servicios dieron sus primeros pasos no se han sido afianzados y por el contrario dan muestras de abandono, pero dando una muestra de incoherencia total se habla de la construcción de un nuevo hospital que compromete millones de soles.
Cómo se puede entender esto, mientras no se ha logrado superar las deficiencias de años, pensar en hacer un hospital más moderno si ni a los médicos oncólogos pueden pagarles sus justas remuneraciones y garantizar la continuidad de las atenciones y no someter a este tipo de pacientes con enfermedades delicadas, a un estrés fuerte por el retiro de los especialistas de quienes requieren una atención permanente.
Lo peor de todo es que no tenemos una organización ciudadana influyente para que estas acciones inconsistentes de las autoridades que llegan al gobierno, sean cuestionadas y variadas, respecto a lo que es más urgente reforzar a favor de los loretanos, en lugar de seguir imponiéndonos fantasías.
Acaso el nuevo hospital tiene garantizado el presupuesto para todo el personal que se va necesitar, tanto de salud, administrativos, operarios, de servicios, etc. En lugar de reforzar lo que se tiene, mejorar la infraestructura existente, destinar recursos económicos para garantizar las remuneraciones, equipos nuevos, mantenimiento, y todo lo necesario para un nosocomio del nivel que tiene el actual hospital regional. Nosotros los loretanos no nos merecemos tanta majadería de nuestra propia gente política que llega al poder para poca cosa buena. Necesitamos estadistas, visionarios y gente honesta.