Contundentes han sido las expresiones del gobernador regional, Lic. Fernando Meléndez Celis, cuando habló sobre el Plan Selva ante congresistas que llegaron para participar en la I Sesión Descentralizada y Audiencia Pública de la Comisión de Inclusión Social y Personas con Discapacidad del Parlamento Nacional.
Lo que pasa saca de la paciencia al más tolerante, pero, es que todo tiene un límite y sinceramente lo que deciden desde el centralismo limeño, muchas veces no solo afecta a nuestro bolsillo, más duele cuando afecta directamente a la dignidad de nuestros hijos e hijas.
Al gobernador regional de Loreto le sobró razón al expresar enérgico en la audiencia pública de los congresistas sobre el mal trato a nuestra niñez bastante golpeada por el descuido en la alimentación, educación y recreación y protección.
Cómo no respaldar unas palabras que buscan defender a nuestros escolares de condiciones anti pedagógicas. “Estos materiales han sido adquiridos dentro del Plan Selva, que el Ministerio de Educación nos ha venido a imponer”, así de directo fue Meléndez Celis.
Y en la misma línea de los proyectos del Ministerio de Educación manifestó a los congresistas: “incluso se ha construido un centro escolar con más de 10 millones de soles y no reúne las condiciones mínimas para albergar a nuestros niños, por lo que Loreto no está de acuerdo que se continúe el Plan Selva, mientras no se adecúe a nuestra realidad”.
Esa es la realidad. Solo una muestra de las muchas incongruencias que se suscitan: El Ministerio de Educación desde Lima envió los módulos de aulas porque no son adecuados para nuestra región, por ser cerrados con materiales metálicos “que concentran el calor y se vuelven insoportables para nuestros escolares”.
Este programa del Minedu nos hace recordar a lo ocurrido con el programa “Techo Digno”, cuando se entregaron materiales constructivos como el zinc que una vez instalados, en varios casos, una vez techados, las pequeñas casas rurales se convertían en el horno que les faltaba a los comuneros. Todo esto responde a una política centralista equivocada y tercamente resistente al cambio. Lo correcto sería que cada región del país tenga lo que necesita de acuerdo a su realidad, sea en el contexto social y climatológico. Pero ello no sucede. Tenemos que seguir alzando la voz y seguir persistiendo en ese cambio de actitud de los gobernantes de las entidades centrales.





