– El último parricidio en la Molina que abre el debate sobre las complejas relaciones padres-hijos:
Por: Adolfo Ramírez del Águila
arda1982@yahoo.es
¿Qué está pasando en nuestras relaciones padres e hijos? ¿Qué puede estar sucediendo en un hogar para que un hijo mate a sangre fría a su madre? ¿Dónde está la falla para que un hijo se abalance violentamente hacia un ser que se supone es querido? ¿Son nuestros hijo víctimas o culpables en el caso de un «crimen en familia»? Las noticias que cubren todos los medios escritos y televisados nacionales, en este pasado fin de semana, sobre un nuevo caso de parricidio, sumado ya a los casos de Eva Bracamonte, Giuliana Llamoja y Elizabeth Espino, hijas acusadas de asesinar a sus madres, es realmente estremecedor.
Esta vez, un joven universitario, Marcos Arenas (22), estudiante de psicología, que según últimas investigaciones policiales, atacó a su madre, María Rosa Castillo (56), abrazándola, dándole un beso y luego asfixiándola y no contento con ello, rociándole petróleo al cuerpo ya muerto, para prenderle fuego; francamente preocupa de sobremanera a todos aquellos que tenemos hijos.
Un suplemento dominical de un diario de circulación nacional (La República) nos alcanza, un aporte científico para entender la mente de un parricida. Ojo con esta descripción psicológica que los peritos de la policía trazaron sobre el joven Arenas: «Emocionalmente frío, calculador, observador, hábil, usa la manipulación y la violencia con la finalidad de conseguir provecho personal… personalidad antisocial que se caracteriza por asumir un estilo de vida transgresor de las normas sociales. Presenta dificultad en el control de su impulsos y se frustra con facilidad… es egocéntrico».
Es importante tomar nota de este diagnóstico, para identificar actitudes que nos puedan dar la alarma con respecto a los hijos que estamos criando. En los interrogatorios, el joven Arenas narró algo que nos debe obligar a poner la barba en remojo: La última razón de una discusión con su progenitora adoptiva –días previos al asesinato- fue tras una huida de la casa, a una ciudad chilena, llevando la tarjeta de crédito de su mamá para gastarlo todo; como nadie se preocupó por ubicarle, por interesarse de su huida, fue anidando un rencor que lo llevó a asesinar al ser «querido». Nos dedicamos tanto al trabajo, a hacer plata, a un post-grado, a estar con los amigos de parranda, que nos olvidamos de nuestros hijos; evalúe usted padre de familia, el monstruo que podría estar engendrando en casa, a causa de su poca dedicación paternal.
Cuánta sabiduría, desde la conveniencia de los padres, nos trae el cuarto mandamiento de la Ley de Dios: «Honrarás a tu padre y a tu madre»; pero más sabiduría nos enseña la crudeza de la vida, si a ese mandamiento le agregamos: «Que esa honra sea la cosecha de haber honrado primeramente a tus hijos» dándole un poquito más de tiempo, de cariño; dejando de hacer «amigos» virtuales en el Facebook para hacer amistad real con tus hijos, en especial cuando ya son jóvenes. Cuando son niños, los hijos son dóciles y obedecen mandatos, pero cuando son jóvenes, habría que mandarles con más inteligencia, negociando, cediendo, consensuando, sin olvidar nunca que ya no son niños, son jóvenes con derecho a independizarse poco a poco, pero con deberes de honrar a sus padres que dan esa libertad paulatina.
Que este caso familiar que conmociona al país entero, nos sirva para mejorar nuestras relaciones interpersonales entre padres e hijos, estamos aún a tiempo. Que la muerte violenta de la señora María Rosa Castillo, una madre con sus cualidades y defectos -no hay padres perfectos- sea un sacrificio en el altar de esta vida violenta, para salvar a las familias del Perú. Que Dios padre bueno, que juzga con inmensa misericordia, le haya acogido a esta sufrida madre en la casa celestial. Que Dios Padre, perdone a este mal hijo que ha destruido el intento de felicidad que hay en todo hogar. Amén.






Tengo la gran seguridad que nosotros los padres,estamos descuidando mucho a nuestros hijos,señor haga de mi uno de tus hijos con mas paciencia y tiempo para mis hijos,antes de que sea demasiado tarde,a mis hijos les quiro mucho,apesar de estar lejos.