Escribe: Pedro Mozombite
(Cronista)
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Los Shipibo-Konibo(conibo) son una de las 44 lenguas originarias existentes en la amazonía peruana. Es una de las culturas prehispánicas procedentes del norte, aproximadamente entre los años 810 y 650 antes de Cristo, llevan casi 3000 años en la selva peruana. El pueblo pertenece a la familia lingüística Pano, tiene su origen en una serie de fusiones culturales de tres grupos: Shipibo: shipi que significa mono, Conibo: kon que significa pez y Shetebo: shete que significa gallinazo.
Según, D. Ribeiro, y M. Wise: se considera que río arriba de Pucallpa está el territorio Conibo y río abajo queda el territorio de los Shipibo, pero en realidad hay comunidades de ambos grupos en los dos territorios. Los Shetebo, que antiguamente vivían río abajo de Contamana, están ahora integrados a los Shipibo. Hay ciertas diferencias del idioma entre shipibo, conibo y shetebo.
En 1657 misioneros y soldados visitaron a los Shipibo y Shetebo, pero fueron muertos
por los primeros. Los Shipibo se unieron a los Cocama en actividades hostiles contra las misiones del Huallaga en 1660. Sin embargo, en 1670 entraron a otra misión donde, en 1680, muchos murieron de viruela.
Según el explorador francés Paul Marcoy, los Shipibo en 1875 vivían a lo largo del Ucayali desde el territorio de los Conibo hasta las fronteras del territorio de los Shetebo por el norte.
En el siglo XVII cuando fueron visitados por primera vez, los Conibo estaban atacando a otros grupos, capturando esclavos, saqueando e intercambiando los esclavos por herramientas de hierro con los Cocama del Bajo Ucayali. Sin embargo, se mostraron amigables con los españoles debido a que deseaban herramientas de hierro. En 1695 masacraron a los españoles en protesta por el servicio militar forzado.
Según, P. Mayor, J. Álvarez, J. García y R. Bodmer: los Shipibo-Coniboconforman uno de los grupos indígenas de la amazonia peruana que surge de la confluencia de tres unidades étnicas emparentadas, pero en un principio distintas: los konibo (Alto Ucayali), los shipibo (Medio Ucayali) y los shetebo (Bajo Ucayali). Actualmente, se encuentran en las regiones de Huánuco, Ucayali, Loreto y Madre de Dios localizados en los ríos Ucayali, Pachitea, Aguaytía y lago Yarinacocha.
Durante los siglos XVII y XVIII, franciscanos y jesuitas penetran en la selva y agrupan a las poblaciones indígenas en ‘pueblos’ o ‘reducciones’. Este proceso de reducción provoca un aumento de las epidemias y de la tasa de mortalidad en la población nativa. Al final del siglo XVIII aparecen noticias de las primeras rebeliones de los Pano, que intentan expulsar de la zona a las misiones. En 1660, los shipibo, junto con los cocama, llevaron a cabo un ataque a la misión jesuita del Huallaga.
Es en 1680 cuando los jesuitas lograron por primera vez establecer una misión entre los shipibo. En esa época se observa una competencia entre los misioneros jesuitas y franciscanos para conseguir poder ante los nativos. Sin embargo, muy pronto se produjeron epidemias, que fueron provocadas por la llegada de los conquistadores y misioneros españoles que diezmaron a las poblaciones indígenas.
Al producirse nuevas epidemias en las recién fundadas misiones, los tres grupos étnicos se sobrepusieron a sus enemistades tradicionales y lograron unirse y ponerse de acuerdo para rechazar a los misioneros bajo la dirección del líder shetebo Runcato, matando a 4 soldados, 15 franciscanos y más de 20 auxiliares indígenas.
Los franciscanos retornan en 1790, veinticinco años después de producida la rebelión, cumpliendo su labor de manera intermitente hasta 1824. Sin embargo, a través de la actividad del Padre Plaza en la misión de Sarayacu en el Alto Ucayali, los Pano mantuvieron su relación con los misioneros. En este periodo se inició la fusión de los shetebo, conibo y shipibo, proceso que termino a mediados de siglo XX.
Durante el periodo del caucho, los shipibo-conibo se pondrán a las órdenes de los patrones caucheros para la caza de esclavos de otros grupos indígenas fuera de la planicie inundable del Ucayali a cambio de bienes manufacturados. Al finalizar el «boom» del caucho pasaron a trabajar en las haciendas establecidas por los antiguos patrones caucheros.
En la cultura de los shipibos,las mujeres son las principales artistas y esto se refleja en muchos de sus mitos. En su evento público más importante, el “shreati ani” (gran fiesta para beber), se celebra la pubertad de las mujeres y no de los hombres.
Un aspecto importante de la producción destinada al mercado es la artesanía de tejidos, cerámica pintada, estatuillas de madera y adornos corporales. Esta artesanía es fabricada incluso en talleres artesanales organizados y exhibe diseños hermosos y complejos. Esta artesanía ha hecho que tengan gran demanda entre los turistas y que incluso se exporte en cantidades considerables.
Los shipibo se autoconsideran joni-kon, o sea «la gente verdadera o por excelencia». Creen que el mundo visible fue embellecido con estos esplendidos diseños, y ahora el mundo espiritual invisible de su religión se refleja a través de sus hermosos patrones geométricos que colocan en artesanías y utensilios de uso cotidiano.
Los Shipibo son muy conocidos por sus coloridas y originales obras de arte que llevan desarrollando desde hace siglos, sus textiles cerámicas y tallados son tan perfectos. Se caracterizan principalmente por las formas geométricas que dibujan o tejen en sus piezas y resalta por ser muy colorido. Las artistas, que son mayormente mujeres, según narran los propios shipibos: “las mujeres hacen estas piezas después de tomar ayahuasca, con las que visualizan mejor los diseños para plasmarlos en sus obras”. El Banco Central de Reserva del Perú el 14 de julio de 2016 emitió la moneda nacional de un nuevo sol en alusiva a su cerámica, además el kené(diseño) arte Shipibo-Conibo, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 16 de abril del 2008.
En la cosmovisión Shipibo-Conibo las plantas y animales tiene espíritus poderosos, entre ellos por ejemplo la Lupuna y la Catahua, ambos muy temidos en su cultura. En este espacio se encuentra también el espíritu de la ayahuasca, del tabaco, del toe y espíritus de otros vegetales que curan de los males y que ayudan a comunicarse con otros espacios. Para la cultura Shipibo-Conibo, los animales y las plantas tienen las mismas necesidades que los seres humanos porque son semejantes a nosotros. Ellos creen que cuando un hombre muere puede llegar a convertirse en uno de ellos.
Ellos creen que los espíritus malos viven en un “mundo amarillo”. Lugar donde van los curanderos o las personas que hacen daño o transgreden las reglas y son dirigidos por “Simpira”, un ser enorme con cuernos y brazos muy largos. Este mundo se encuentra por encima de la Lupuna. Allí llegan las personas que hicieron mal uso de las plantas. Es importante destacar la importancia de la ayahuasca en su cultura. Esta planta sagrada se convierte para ellos en interlocutor de los hombres con el mundo de los espíritus. Estas creencias quedan plasmadas en las expresiones culturales de este grupo, donde la ayahuasca permanece como elemento principal de su artesanía.
- D. Ribeiro, M. Wise, “Los grupos éticos de la amazonia peruana”, P. 179 y 180, 2008, Lima, Perú.
- P. Mayor, J. Álvarez, J. García y R. Bodmer, “Pueblos Indígenas de la Amazonia Peruana”, P. 329 a 336, 2009, Iquitos-Perú.





