Por: Pedro Mozombite
(Cronista y profesor de Historia)
pedromozombite07@gmail.com
Iquitos capital de la amazonia peruana, recostada sobre el majestuoso Amazonas y los ríos Itaya y Nanay. Una ciudad con historias heroicas, que finalizando el siglo XVIII fue una aldea, ahora está en camino de convertirse en una metrópoli peruana. A través de los años la fecha de fundación de Iquitos pasó a ser una incógnita, una de las causas fue el interés de las primeras autoridades. Pueblos relativamente más antiguos de la región pueden tener su punto de partida de fundación como es Lagunas, San Joaquín de Omaguas, Yurimaguas o San Regis.
En el territorio donde se levanta Iquitos y sus afluentes (Itaya y Nanay) fueron habitados por etnias como los yameos (nativos napeanos) y los iquito. El pueblo se llamó San Pablo de Napeanos, fue una reducción, situada a orillas del río Nanay. En 1757 los aborígenes fueron trasladados por los jesuitas donde es Iquitos actualmente. Con el tiempo, los napeanos a causa de las epidemias fueron abandonando el caserío hasta quedar sólo nativos iquito, por lo que, a fines del siglo XVIII ya se conocía a la población como el caserío de Iquitos. En el año de 1757 solo se da un acontecimiento de traslado de las tribus Napeanos e Iquito a la isla, pero no un acto de fundación.
Por este tiempo se produjeron fuertes epidemias, que dejaron diezmados a los napeanos, quienes fueron los más afectados por enfermedades, según concluimos de las investigaciones de José Chantre: «Hubo en la misión de Maynas por estos años muchas epidemias que llevaron a mucha gente en casi todos los pueblos. En unos faltaron cuarenta indios, en otros cincuenta, pero muchos más se diezmaron en San Pablo de Napeanos.
La fundación incierta de Iquitos, ha creado polémica durante años incluso hasta hoy en día. Investigadores, historiadores y políticos hasta ahora no han encontrado una partida de nacimiento de esta ciudad.
A partir de 1808 hay documentos que refieren a Iquitos, ya sea como caserío, pueblo o ayuntamiento. La fundación de Iquitos debería aproximarse por lo menos cercanas a esas fechas antes de mediados del siglo XIX y no confundir a sus habitantes tomando como aniversario al puerto fluvial con la llegada de los vapores el 5 de enero de 1864. Iquitos es una ciudad contemporánea, más antiguas que Nauta y una de las más arcaicas de la región Loreto.
En un informe de visita del ilustre Hipólito Sánchez Rangel, primer Obispo de Maynas, se lee: «Concluida la visita (en Pevas) valiéndose de pocas canoas de los indios me determiné a salir del pueblo de Pevas la noche del veintidós del mismo marzo de l808, exponiendo mi vida y no pudiendo resistir tanta plaga. El veintiocho llegué al pueblo de Iquitos en una quebrada del río Nanay, que desemboca en el Amazonas.
Iquitos se ha convertido en la profecía del Padre Manuel Uriarte, quien el año 1764 dijo: «Que sería con el tiempo un gran pueblo, y más si se le arrimaban los Iquito.»
En el siglo pasado, Iquitos pudo tal vez encontrarse un punto de partida de su fundación, pero no se continuó con el proyecto de investigación de encontrar un acercamiento de su nacimiento. En 1937 el concejal José de J. Lozano solicita al Alcalde Marcial Saavedra para conformar una comisión de búsqueda de la fecha de fundación. Pero fue en vano, sucedió como con tantos otros proyectos e iniciativas que no lograron prosperar por falta de colaboración, perseverancia y decisión en la labor emprendida, incluso por las mismas autoridades.
Para Alfonso Navarro Cauper no hay una partida con exactitud de la fecha de fundación de Iquitos y rechaza la postura de los siguientes investigadores:
César Lequerica Delgado, subrayó que la fecha de fundación de Iquitos debió de tomarse desde la llegada de la expedición de marinos peruanos al puerto, enviados por el Presidente Ramón Castilla. Su alegato carece de fundamento, por cuanto existen con anterioridad, la Resolución Suprema del 8 de junio de 1842, de que Iquitos ya existías como pueblo.
El padre Avencio Villarejo en su declaración a “El Comercio”, de Lima, cuya versión se reprodujo en “El Oriente”, de Iquitos, cita el 1757, como fundación de Iquitos, apoyándose en el traslado que en dicho año hiciera el religioso Coligeri del pueblo napeano a un lugar situado sobre las márgenes del río Itaya, que quedaba en el mismo lugar donde hoy se ubica la ciudad de Iquitos.
Monseñor Claudio Bravo Moran, célebre historiador, que fuera Vicario Apostólico de Iquitos, en el estudio “Apuntes sobre el Departamento de Loreto” del que es autor, consigna lo siguiente: Iquitos no fue fundada en 1740 como dicen los modernos Jesuitas, ni en 1864, como quieren otros, sino fue formada por los descendientes de pueblos misionarios de este nombre y por los borjeños que emigraron de su pueblo (Alto Marañón) hostigados por los huambisas hacia 1840.
Los borjeños, quienes, dominados de pánico, abandonaron su pueblo y vinieron al bajo Amazonas”, escogiendo el caserío de Iquitos por ser un lugar estratégico para comerciar con el Brasil. Iquitos desciende de la tribu Iquito y se acrecienta con inmigrantes borjeños y posteriormente con prósperos comerciantes de Nauta, es decir, el asiento inmigracionista de Iquitos de casi mediados del siglo XIX fueron Borja y Nauta.
“Entre las familias que bajaron de Borja, figuran como primeros pobladores de Iquitos, además de Ramon Bernales, las de Esteban Zeballos, Juan Villacorta, José Reategui, José Joaquín Ribeiro, Javier Escurra, Antonio Najar, Manuel Quirino y algunos otros”.
Por aquella época se trasladaron también a Iquitos los comerciantes de Nauta Carlos Murraille, Marcial Amado Piñón, Juan E. Rojas, Francisco S. de Freitas, José María Medina, Calixto Mori, y otros más, según el periodista moyobambino Daniel Arturo del Águila en la revista “Trocha”.
El nombre Iquitos comienza a escucharse antes de la llegada de los primeros misioneros. Las otras etnias cercanas a ellos, conocían de sus habilidades en las artes de la guerra y se caracterizaban por vivir apartados de los demás. Los misioneros tuvieron inconvenientes con los Iquitos para someterlos a las reducciones. Los Iquitos fueron hombres listos en el arte de la huida y de la fuga. La expulsión de los jesuitas, orden brutal dada por Carlos III de España, dejó a San Pablo de Napeanos en manos de los Iquitos.
El cambio de nombre de San Pablo de Napeanos a Iquitos no se sabe exactamente, pero se presume por sus características de resistencia al sometimiento; convivieron en las reducciones con los Napeanos, Yameos y otras comunidades indígenas, después de la expulsión de los jesuitas continuaron en la isla y es probable que en ese tiempo decidieron cambiar el nombre por Iquitos, por ser la etnia predomínante.
El Obispo Hipólito Sánchez de 1808, menciona al caserío Iquitos con 171 habitantes. Después, en 1814, en el censo hecho por el mismo Obispo, Iquitos aparece con 81 habitantes, 51 varones y 29 mujeres, todos de la etnia Iquito, más un español. En 1825 se tiene la visita que hizo a Iquitos el comisionado Carlos del Castillo. Encontró una aldea ubicada en un alto lugar y en terreno arenoso, en total había dos grupos: los Iquitos con 8 matrimonios y los napeanos con 7 matrimonios.
El pueblito de Iquitos jura la constitución del Presidente José de la Mar en 1828. Esto figura en un documento del archivo especial de límites de la cancillería, que demuestra que en ese pueblo había actividad municipal, había casas simples y de hojas.
El expedicionista Paul Marcoy a mediados del siglo XIX, testimonió el cambio al encontrarse con 32 casas, 19 de los cuales pertenecían a los Iquitos. El resto de casas era de los borjeños que huyeron de la furia desatada por los huambisas. Los napeanos ya no estaban por aquella época. Los borjeños edificaron casas distintas a las casas nativas y crearon división en el pueblo. La resolución del 8 de junio de 1824 reconoce a Iquitos como pueblo y formando parte del distrito de Loreto, dispositivo que autoriza al Obispo de Maynas José María Arriaga para proponer el nombramiento del Suprefecto de Maynas y los Tenientes Gobernadores.
El 7 de enero de 1861, Ramón Castilla crea el departamento Marítimo de Loreto en Iquitos y ordena la construcción de cuatro vapores fluviales. En 1863 la Marina de Guerra del Perú escoge el caserío Iquitos para hacer las instalaciones del puerto naval. En 1864, en los meses de enero y febrero, comienzan a llegar los cuatro barcos históricos: “Pastaza, Morona, Napo y Putumayo”, auxiliados por las embarcaciones particulares “Prospero”, “Arica”, “Elisa”, “Teresa” y “Simbad”.
Iquitos se convierte en la capital del departamento de Loreto, mediante ley del gobierno de Nicolas de Piérola, del 9 de noviembre de 1897, Iquitos en poco tiempo se había convertido en una ciudad cosmopolita debido al comercio del caucho. Con la instalación de la Marina de Guerra del Perú, Iquitos se perfilaba como un espacio urbano, la mayoría de sus habitantes eran foráneos, empleados públicos y marinos.
Durante la gestión de Julio Reátegui Burga se conformó la Comisión que definió el 5 de enero como el día de la Fundación Oficial del Puerto de Iquitos sobre el río amazonas, en virtud de la fecha de llegada de los barcos enviados por el Presidente Ramón Castilla y Marquesado en 1864.
Finalmente, no se logró el objetivo que siempre se buscó, en el lugar se miró la vigencia de la Resolución Suprema de 8 de junio de 1842 como partida de fundación e incorporación de Iquitos a la vida política y administrativa de la República Peruana.
Referencias:
- A. Navarro. C. “Un Pasado que revive”, Kanatari 950, 2002, Iquitos, Perú.
- “Pioneros del S. XIX”, Tomo I, Iquitos, Perú, 2001.





