Es triste recordar esa época cuando existía el lugar conocido como “la granja psiquiátrica” donde los pacientes recibían una atención, quizás lo que se podía, que no calmaba sus gritos esquizofrénicos y llantos desesperados por el encierro, que los pocos vecinos de la zona de ingreso de Santo Tomás referían.
Recordamos aquellos tiempos, algo más de treinta años del oficialmente conocido como el Centro de Rehabilitación del Enfermo Mental – CREMI, que fue cerrado para en el tiempo dar paso a otros modelos de atención comunitaria. Y el recuerdo es a propósito que hoy se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental.
Esta fecha se ve como una oportunidad local, nacional y global para crear conciencia, mejorar la comprensión y fomentar la acción sobre problemas de salud mental en todo el mundo. Además, de sensibilizarnos sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla.
Actualmente existe el modelo de atención comunitaria. Este nuevo enfoque incluye el Centro de Salud Mental Comunitario y los Hogares Protegidos, que ofrecen atención ambulatoria e integral en un entorno más integrado a la comunidad, con servicios como apoyo psicológico, médico, social y capacitación laboral. En la ciudad de Iquitos están en sus distritos, y en otros distritos de la región.
Estos esfuerzos son muy importantes porque los Centros de Salud Mental ofrecen atención por consultorios para problemas como ansiedad, depresión, esquizofrenia, entre otros. Y los Hogares Protegidos son casas donde viven temporalmente personas con problemas psicosociales que no tienen familia, con el objetivo de fomentar su autonomía e independencia.
Sin embargo, en el departamento de salud mental que funciona dentro del Hospital Regional de Loreto, donde están personas internadas existen limitaciones para ingresar a personas que muestran resistencia al tratamiento, pero que representan cierto peligro para las familias y la sociedad.
Estuvimos cerca de un caso y nos indicaron que en Lima se encuentran servicios para esos tipos de pacientes, algo así como era antes “la granja psiquiátrica”, que de pronto no debió ser cerrada, sino mejorada para ciertos diagnósticos más complicados. Hay un vacío por cubrir, pero se complica cuando los presupuestos para psiquiatría son desviados, como se denunció en la anterior gestión regional de Loreto. Mientras en las calles se ve personas deambulando con evidente problema de salud mental.
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Granja psiquiátrica
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