Por: Luís Roldán Ríos Córdova. rioscordova2010@hotmail.com
«Los Gobiernos Regionales que no tengan mayoría en el Consejo tendrán obstáculos a la hora de gobernar», afirma en una nota periodística el director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica. Dice la nota, que la mayoría opositora en el Consejo Regional no dejará gobernar porque ellos serán un obstáculo…Lo diga quien lo diga, lamentablemente tiene sustento en la práctica. ¡Qué pena!.. Pena porque la oposición debe ser garantía que todo lo que haga el gobierno está bien hecho. ¿Acaso no se tiene que entender así? ¿Por qué tienen que ser obstáculo? La oposición no está para obstaculizar nada.
Si queremos el desarrollo, la oposición debe discutir la forma de solucionar un problema sobre la forma que propone el que gobierna. Infelizmente para nuestros pueblos en países atrasados como el nuestro, la oposición se dedica a entorpecer el trabajo del que gobierna con el único interés de hacerle fracasar, el pueblo y la solución en sí es lo que menos le interesa.
Este Roldán no sabe nada de política, dirá por ahí algún lector que sabe mucho de política, pero de esa política que intenta vivir una economía del primer mundo sin abandonar las costumbres del tercer mundo, estilo de política que ayuda a perennizar esa pobreza bendecida por aquellos vivos que siempre viven bien a expensas de una población que siempre vive mal y vive mal precisamente por que se ha mentalizado aquello de que la política es así pues, qué vamos a hacer…Hay que aprovecharla nomás, el que no, es un cojudo. Y para cojudo… Búsquenle a Roldán.
¡QUÉ PENA PARA LORETO SI LAS COSAS SE DAN ASÍ!
En el caso del GOBIERNO REGIONAL DE LORETO esto puede darse. ¡Qué pena!
Me expreso así por que en los pasillos políticos se escuchan voces «optimistas» de las agrupaciones políticas perdedoras haciendo contubernio con los demás para hacerle la vida imposible a la gestión de Iván Vásquez como líder de Fuerza Loretana en este segundo periodo. Hay una especie de satánica alegría y diabólica frotada de manos por la posibilidad que les queda de hacerle fracasar a como dé lugar. ¿Quién pierde realmente cuando una gestión de gobierno fracasa? Es triste y evidente que la irresponsable oposición se nutre del malestar y de la decepción del pueblo sobre su gobernante. Si la oposición busca eso. ¿Alguien puede interpretar que esa actitud es por amor al pueblo? Yo no. ¿Y tú amigo lector?
Qué pena que las cosas sean tomadas así por que desvirtúa lo mejor que tiene la democracia, la oposición dentro del gobierno, por cuanto está concebida para evitar que los regímenes de turno hagan lo que quieran con las arcas y con las decisiones que deben tomarse para gobernar. Pero de ahí a frotarse las manos con la sola idea de no dejar gobernar, de convertirse en obstáculo, es otra cosa, es sencillamente una traición al pueblo en sus expectativas de desarrollo y de mejora de su calidad de vida.
Qué pena que las cosas se conceptualicen así -que por su puesto nace de una triste situación que bien puede decir: Tócame que soy realidad. Se está desperdiciando una de las grandes bondades que tiene la democracia. Cuánto apreciaría el pueblo que la oposición diga: ¡Vamos a trabajar juntos, vamos a sentar las bases del desarrollo de éste olvidado Loreto! No. Eso jamás. Lo más común es hacer lo que todos hacen, obstaculizar el trabajo del que gobierna, como si esa tarea fuera la máxima aspiración que la oposición tiene en el cerebro o la expresión máxima de su genialidad política.
Loreto está harto de este «sabio» modelo de oposición, más aún sabiendo que tenemos un enemigo común, el imperialismo limeño.
EL «INTELIGENTE» PLAN DE LOS PERDEDORES DE LA CONTIENDA
Se rumorea– no me consta, pero como es el Perú, no me extraña – que las agrupaciones perdedoras están haciendo alianzas nada santas para obstaculizar la gestión del reelegido al puro estilo tradicional, luego del «éxito» trabajar la revocatoria presidencial.
¿Eso es lo único inteligente que son capaces de hacer? Estoy seguro que los perdedores pueden ganar seguidores si buscan el voto popular sin demostrar irritada impotencia, maldad y premeditación para hacer daño. Yo, no confiaría nunca en una oposición que trabaja así, con estrategias al más puro estilo de país atrasado cuyo atraso precisamente también es culpa de esta politiquería barata que se mantiene a costa de eternizar las necesidades de la población. Una oposición así es una oposición que se alimenta de los fracasos ajenos que él provoca y no de triunfos propios.
Que pena que los partidos de oposición estén viendo en la revocatoria una gran oportunidad para no esperar cuatro años. Les entusiasma la sola idea de la revocatoria, pues eliminado el «quemado», queda el revocador como la flamante «opción salvadora del pueblo», ¿Verdad?
¿Amor al pueblo? No. El amor al pueblo no se demuestra así, señores de la oposición.
Convengo que la revocatoria sea un mecanismo democrático, pero como lo utilizan los políticos perdedores hace que este acto democrático se convierta en una democracia infantil, cuyo capricho de niño es jugar a la revocatoria o como dijo en una oportunidad el ahora Premio Nobel Mario Vargas Llosa, que un país con ésta clase de políticos, si que parece una republiqueta.
Me preocupa mi región, a quien tanto quiero, por que soy más loretano que peruano, quiero verlo ya como una región productiva, pujante, competitiva, a ver si dejamos de ser peruanos de tercera categoría como nos califican desde el imperio limeño, para ser loretanos de primera.
Esto será posible sólo cuando los que ganan y los que pierden unan esfuerzos para empujar el carro del desarrollo en el mismo sentido, juntando lo que les une y discutiendo sus diferencias dando muestras de que están tomando en serio los problemas de Loreto, también cuando las contiendas electorales se desarrollen en el marco de una «feria» electoral donde los contendores exhiban sus mejores logros como campaña electoral.
¿Utopía? No, no lo creo. Sólo se necesita un cambio de mentalidad en la población que debe expresarse en las ánforas eligiendo a quien fue mejor trabajando y no a quien fue mejor obstaculizando o a favor de quien fue el mejor y no de quien fue el menos malo.