Tenemos que respirar profundo cuando de tratar de analizar la conducta de funcionarios y dirigentes, se refiera. Nada fácil porque ambas representaciones responden a líneas de conducta de sus superiores, con mayor razón en el ejercicio de una gestión política de gobierno.
Entendemos que este principio de analizar es una constante porque los escenarios que se nos presentan cada temporada varían unas de otras, pero insistimos en que la base de las conductas e inconductas procede de los lineamientos que trazan los superiores.
“Es una orden de arriba”, “si los de arriba dicen”, “el número uno ha ordenado que sea así”, “voy a renunciar porque me quieren obligar a hacer ilegalidades”…y cuántas otras frases más para la memoria de la corrupción y muchos de nosotros lo habremos vivido y lo estamos viviendo en carne propia.
Pero, estos comportamientos no solo se presentan con los funcionarios, sino también en los dirigentes de sindicatos, de federaciones, de asociaciones, etc., por lo que se sigue con las evidencias de que la corrupción en nuestro país está casi totalmente generalizada.
Quizás por eso la protesta que un gran número de jóvenes asqueados que piden “que se vayan todos”, aunque eso sea solo una frase ideal difícil de aplicar, pero puede ser el punto de partida encontrar otras salidas a la crisis política que estamos viviendo. Como nos decía esta mañana una ciudadana “ya no sabemos en quién creer y votar”, pues tendremos que seguir haciéndolo hasta encontrar lo idóneo.
En el tema de conducta lo más correcta posible con todos sus errores y sospechas de corrupción, Martín Vizcarra estaba dando una línea coherente al cual se alineaban sus ministros y funcionarios, ello no solo era constatable por las medidas anticorrupción, sino percibida no con la rapidez que reclama nuestra necesidad, pero sí con la garantía que le daba solidez a su gobierno.
Y volviendo al plano local y regional, un director que debe tener la conciencia bastante tranquila, sacó con pruebas la inconducta de ciertos dirigentes agrarios que cobraban sin hacer nada, y cuando les cortan el “beneficio” piden la destitución del director regional de Agricultura, en este caso. Similar situación se reveló hace años sobre algunos dirigentes del sector Educación.
En el caso de funcionarios eso de la “chanchita” para el superior define los manoseos en los presupuestos, las malversaciones y peculados. Qué compleja nuestra situación, no?. Conclusión que no la estamos descubriendo, sino recordando; si desde la cabeza, si desde arriba las cosas se inclinan para mal, todo lo demás se corroe y se pudre literalmente hablando. Todo se malogra. Aunque, mientras hay vida, hay esperanzas para experimentar y propiciar cambios.