Desde que en 1971 se dio la noticia al mundo del descubrimiento de Petróleo en Trompeteros y después en Pavayacu, el gobierno ha debido ser estricto en la supervisión de los trabajos de explotación del oro negro por parte de las compañías petroleras, para hoy no estar lamentando el estado en que se encuentra, especialmente la cuenca del Pastaza, donde existe una innegable contaminación de los bosques y ríos.
Recién hoy, este gobierno, por presión de las comunidades indígenas que viven en esos territorios, está desplegando acciones para que esa zona sea respetada y se devuelva a las etnias sus derechos a seguir gozando de las bondades de sus territorios y a recibir la atención del Estado en todo orden de cosas, a los que como peruanos tienen derecho.
Es importante que la visita hecha por el ministro Manuel Pulgar Vidal, titular del Ambiente, haya manifestado su predisposición para que las zonas impactadas por los residuos de los hidrocarburos sean rehabilitadas por parte de la empresa responsable del daño ocasionado.
Hasta el momento, el Ministerio del Ambiente ha venido trabajando coordinadamente con las organizaciones indígenas y campesinas para así poder realizar labores de restauración y protección del medio ambiente con las debidas medidas, a fin de devolver a estos pagos las condiciones exigidas por sus moradores.
Por de pronto hasta ya hay un laboratorio de análisis, donde técnicos de la Dirección General de Salud Ambiental, podrán realizar el monitoreo ambiental. Que las buenas intenciones y los aportes entregados vayan de menos a más y que no se detenga nunca el cuidado de nuestros bosques y nuestros ríos que en ellos está la vida.