El aún presidente del Frente Patriótico de Loreto, José Gómez Isla, desde el momento en que salió a los medios a decir que hay organizaciones que primero acuerdan una cosa y luego no se aparecen a la hora de la verdad, se puso en la cuerda floja. Ese fue el punto que le movió el piso, hasta que le salieron al frente diferentes representantes de sectores populares a cuestionar su presidencia, lo que le ha llevado a, primero, querer renunciar, para luego desistir de este propósito.
Quienes siempre manejaron esta institución, que se mueven detrás de bambalinas direccionando sus propósitos, muchas veces sólo de las instituciones a las que pertenecen, han salido a decir que Gómez, al igual que el anterior presidente Hugo Flores, estaba actuando a espaldas del FPL, privilegiando sus intereses personales. Además, a estas alturas, se le ha estigmatizado con su pasado como miembro de una institución castrense. Quien asumiría las funciones de presidente, sería el vice presidente Américo Menéndez, de quien, también, alguien ha salido a decir que no representa a nadie, efectivamente.
Es una pena que después de haber sido una institución realmente fuerte, verdaderamente representativa de todos los sectores de nuestra colectividad, cuando una sola convocatoria en los tiempos de Antonio Donadío y de Luis Armando Lozano Lozano, el pueblo se volcaba a las calles a expresar su protesta, apoyando a su directiva, haciéndola mandataria de su rechazo a tal o cual medida y portadora de sus anhelos y esperanzas; hoy, el FPL no sea ni la sombra de lo que fue. ¡Qué lejos están esas hermosas gestas del pueblo!
Por otra parte, es innegable que esta institución popular sea sólida de bases, ya que por angas o por mangas, uno o varios sectores discrepen de los acuerdos de asamblea. No hay unidad, menos consenso. Falta la participación de importantes sectores que definitivamente tendrían buenos aportes para luchar y defender los sagrados e irrenunciables derechos de nuestro pueblo.
En ese sentido, de asumir el liderazgo, Américo Menéndez, un profesional de nivel y categoría, rico en su oratoria, podría aglutinar en el seno del Frente a todas las representaciones populares, haciendo poderosa sus bases, como sustento de poderío. Pero si se va a seguir con celos y posiciones de «yo no apoyo porque no estoy de acuerdo» o «estaremos ahí» y nunca aparecen, sinceramente, entre quien entre no logrará devolverle al FPL su gran presencia en el corazón del pueblo.