Estamos en el proceso de llegar a ese nivel de ir poniendo fin a las restricciones que existen por la pandemia que inició hace casi dos años, a lo largo del cual seguimos aprendiendo con más bajas que altas, pero le seguimos dando batalla.
Es bastante decir que estamos dándole batalla, lo que no podrán decir los miles de habitantes de esta tierra loretana que fallecieron a causa de la Covid-19, y que siguen partiendo a la eternidad aunque en cifras muy reducidas, pero el enorme dolor es el mismo.
Lo que nos pone un poco expectantes es el hecho que en países como Suecia, Dinamarca y Finlandia las restricciones han sido eliminadas, en las dos primeras en su totalidad y en la tercera lo vienen haciendo de forma gradual este mes hasta quedar en cero.
Eso significa que han vuelto a la antigua normalidad, aunque las autoridades han advertido que los no vacunados y con más riesgo los que son vulnerables por padecer de alguna otra enfermedad, tienen desventaja en caso de contagiarse de la covid o de alguna de sus variantes.
En esos países más del 80% de los mayores de 12 años ya han recibido lo que hasta el momento se conoce como vacunas completas, proceso en el cual nosotros nos encontramos, por lo que el mensaje de acceder a vacunarse es una constante.
Hemos visto cómo la orquesta Vale Band se ha ingeniado y pasearon ayer en dos carros alegóricos con los cantantes y músicos, en un recorrido por las calles de la ciudad van animando a vacunarse a todo el público, “para tener un carnaval seguro”, puede resultar esto muy motivador,
Lo que nos deja pensando es lo anunciado por especialistas en medicina que la “nueva normalidad” será el uso permanente de mascarillas ya que la covid vino para quedarse. Esto es posible que ocurra así, puesto que algunos gobiernos están eliminando el uso de mascarillas en las áreas públicas como las calles, pero exigen la porten en espacios cerrados. Esta experiencia continúa.
Fin de restricciones
