Iniciamos la semana cargados de esperanzas, y lo queremos compartir con ustedes, seguro con muchos de ustedes que se encuentran en la línea de la Fe cristiana y tras la resurrección de Jesús se ha recobrado la vida, una vez más, la esperanza de un mundo en armonía.
El enviado de Dios nos ha dejado muchas enseñanzas, y la Semana Santa que acaba de terminar nos impulsa a una nueva etapa, estamos felices, ha sucedido algo fantástico, Jesús ha vuelto a la vida simbólicamente, como lo dice la historia bíblica y se ha elevado al infinito para estar junto a su Padre. El padre de todos que la Santa Trinidad explica al fin y al cabo en uno solo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Cómo traer a la actualidad estas enseñanzas, sin duda, una difícil tarea mientras las ambiciones desmedidas y los corazones despiadados gobiernen en esta Tierra, la casa de todos y al mismo tiempo con el cielo y el infierno en el día a día, que más tenemos esto último, si no, miremos lo que pasa en el Congreso de la República del país, y los demás poderes del Estado peruano, y tantas guerras de la muerte en el mundo.
Es una inundación de despropósitos a favor de unos cuantos que gobiernan y su entorno, donde se ha tergiversado el sentido de gobernanza a favor de la población que conforma un país, una región, una provincia, un distrito, un pueblo, una comunidad, un caserío, un asentamiento humano, una junta vecinal; donde la corrupción impera con sus infinitas modalidades visibles y no visibles. No en todos, pero sí en muchos.
Se acerca a pasos agigantados un nuevo proceso electoral donde la duda y la sospecha, respecto a un trámite transparente ronda por las cabezas ciudadanas. Mientras, se mantiene la esperanza de un actuar impecable de quienes tienen la enorme responsabilidad de organizar esta contienda de la democracia.
En este tema también se mantiene la esperanza de que la fiesta electoral tenga el nivel de transparencia, de tal forma que, no deje dudas, y que las evidencias sean exhibidas ante cualquier resultado, y que no se quemen antes de cualquier denuncia. Es lo que se espera de igual manera de los procesos previos al acto de votación como conducta ética en las agrupaciones políticas, porque es un secreto a voces lo dirigidas que pueden estar con tufos dictatoriales, las elecciones internas. Nos falta resucitar a los actos éticos. La esperanza sigue viva. Elevemos las plegarias tras la Semana Santa del mundo cristiano, para que el petitorio se cumpla.
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