- Deceso de autoridad se convirtió en una terrible tragedia familiar.
- Estuvo internado en el hospital de EsSalud, luego de ser evacuado de Pebas.
El alcalde del distrito de Pebas, Edgar Pinedo Bardales, falleció la mañana del sábado 10 de mayo a los 75 años de edad, por complicaciones en su salud derivados de una neumonía. Y su esposa Danitza Soto Barrera, unas horas después tras el impacto, según se reveló.
De acuerdo con especialistas del Hospital III EsSalud Iquitos, el burgomaestre ingresó de emergencia al centro hospitalario tras ser referido desde su distrito, llegando a estar dos semanas internado hasta la mañana de su triste fallecimiento.
Aparentemente, su salud se debilitó debido a los problemas atribuidos a los constantes conflictos en su distrito que no le permitieron gobernar con tranquilidad. Esto le provocó un proceso de vacancia y hasta cargas judiciales que tuvo que enfrentar los últimos años.
Sus restos mortales están siendo velados en el Colegio de Odontólogos del Perú sede Loreto, ubicado en la calle Putumayo 664, en el distrito de Iquitos desde el sábado reciente en horas de la tarde, a lo que ha sumado ayer domingo el ataúd de su esposa Danitza Soto Barrera, de 38 años, quien al parecer tuvo un fuerte impacto y no resistió complicándose física y emocionalmente. Y desde ayer domingo en horas de la tarde velan los cuerpos de ambos esposos.
Hasta el lugar acudieron sus amigos y conocidos para acompañar a la familia del alcalde en estos momentos de profundo dolor. Apenas estaban asimilando la partida del alcalde, cuando la muerte de su esposa volvió a sacudir a la familia.
Entre sus familiares deja una profunda pena, debido a que lo consideraron el pilar de su hogar, por lo que a través de redes sociales expresaron sentidas palabras que lo recordaban como un hombre que es ejemplo de superación al lograr las metas que se trazó en su vida.
Varias autoridades e instituciones expresaron sus sentidas condolencias para el alcalde Pinedo Bardales, por lo que su ataúd fue rodeado por arreglos florales en los que expresaban sus deseos de un descanso eterno tras su entrega en la vida terrenal. (K. Rodríguez/DL)





