Señala la reconocida Silvia Barbarán, dedicada a la lucha contra el VIH.
Y tiene razón. Se cuestiona a la juventud que invade los bares y centros nocturnos, todos los fines de semana. Incluso antes del fin de semana. El centro de Iquitos está lleno de locales donde los jóvenes asisten a reuniones con sus amigos y a libar. Y nadie dice que no lo hagan.
Lo que ocurre son los excesos y la falta de protección que mañana más tarde los puede llevar a tener VIH, sin haberlo deseado. Reunirse, libar, reír, distraerse, es parte de la vida. Pero en extremo, las consecuencias saltan de inmediato.
“Y es que también el Estado ¿Qué les ofrece a los jóvenes? No hay universidad privada, ahora solo la nacional que ingresan unos cuantos. No hay más cetpros, o institutos para que sigan carreras técnicas. El gobierno debe motivar a los jóvenes, ayudarlos porque muchos entran a trabajar para sobrevivir, luego entran a la diversión sin control y es ahí donde se pierden vidas. Nadie dice que no se diviertan, pero protegiéndose, queriéndose, cuidándose” dice Silvia.
Ayer se reflexionó sobre el día mundial contra el Sida. Se conversó con ella porque hace 21 años que emprendió esa lucha, luego de enterarse que había contraído VIH. Nunca ha llegado a la parte difícil del virus porque se quiere, se cuida.
“Fue muy difícil cuando me enteré. Fue en abril del 2001, felizmente tuve el soporte de mi familia, de amigos como Yván, Norman, Maggi, no los olvido porque me permitieron un ambiente mejor frente al estigma y discriminación fuerte que había en esos años.
Han pasado muchos años y cada año es importante porque es uno más de vida. Yo digo que sí se puede vivir, ni la pandemia, ni la influenza que el año pasado me dio muy fuerte, nos ha matado. Somos sobrevivientes realmente.
En los dos años de la pandemia seguimos trabajando con la organización HF, se formaron comisiones que llevaban los medicamentos para dos o tres meses a las personas con VIH, por supuesto con discreción.
Yo puedo decir que con VIH sí se puede vivir, pero decir eso no significa pensar que si nos da nos da. No es así. Los medicamentos que consumimos por años, de una u otra forma nos causan daños colaterales. Y en otras oportunidades, hay desabastecimiento de medicinas. Entonces no es así de fácil como algunos pueden creer” narra Silvia.