“En esa época yo venía desde Colombia y desde entonces sigo aquí”

  • Madre, María de Los Ángeles Bernardo, agustina misionera.
  • Hoy será la celebración por los 50 años de la presencia de las religiosas agustinas en Nauta.

 

Si bien personalmente no va a cumplir el medio siglo en Nauta, es como si fuera así para la Madre María de Los Ángeles Bernardo que llegó a Nauta en 1969 dos años después que otro grupo de religiosas que llegaron a la tierra de los cocamas en 1967, y fueron recibidas con mucha alegría. Son esas cinco décadas que se celebrarán mañana con una Misa a las 7 pm. en la parroquia de San Felipe y Santiago.

La Madre Ángeles quien llegó a Perú después de haber estado en Colombia, es tan apreciada como las otras religiosas y con quien conversamos sobre algo de su vida en Cristo. Nos dijo que nació en la provincia de León, España, en una familia de 8 hermanos, todos religiosos. La Madre María de Los Ángeles Bernardo Paniagua, es hermana del quien en vida fue Padre Maurilio que hizo mucha obra educativa en Iquitos.

“Él vino antes a Perú y luego me tocó venir a mí como parte de la obediencia, son tres rosas que nosotros llevamos: obediencia, pobreza y castidad”, nos dice con una amplia sonrisa en los labios, y una vitalidad poco común a su avanzada edad.

“Para mí que ha sido la mayor catedral que yo he podido recibir, la mayor vivencia, a mí me ha creado valores el peruano, el loretano y el nautino. Hemos trabajado espiritualmente muy bien con la comunidad, también vivíamos en el campo, por el río, con todas las comunidades, con los niñitos, con las familias, después con toda la realidad de la selva”.

Sobre lo vivido dijo: “Hay muchos recuerdos que sería muy largo decirlo, recuerdo que tantas veces nos hemos tenido que quedar en el río porque se averiaba el deslizador, una serie de dificultades que iban creando cariño, como amor a todo lo que nos rodeaba”.

Una acumulación de vivencias que se intentan resumir así: “Yo agradezco mucho a Nauta donde me dieron la oportunidad de trabajar en el colegio Nuestra Señora de Loreto, donde estuve unos 9 años y fui conociendo más al pueblo. Nos centramos en educación y salud, porque las primeras religiosas que llegaron eran enfermeras, y atendíamos a las personas en forma solidaria”.

Y la nostalgia se hace vida: “Vivíamos en el CENCCA y no se podía venir caminando como ahora a Nauta porque todo era monte, veníamos por el río, y creíamos que era lejos. Todavía estamos presentes y lo que creemos es que nosotras de Nauta no vamos a salir, saldré yo por mi edad, pero vendrán otras, pero seremos nautinas por siempre. También hay religiosas peruanas. No hay nuevas religiosas, pero creemos que estamos en un momento histórico que lo tomamos con tranquilidad, que Dios nos dé mucha calma, cariño y amor”. (Diana LM.)