“Se trata de unos simples abigeos”, fue una expresión que subestimó el inicio de la época de mayor terror que vivió nuestro país con la aparición de Sendero Luminoso, el MRTA, entre otras manifestaciones que llevó a una guerra interna que la Fuerza Armada y la Policía en la temporada del gobierno de Fujimori (+) logró desaparecerlo del escenario masivo.
En esa época el terror se dio tanto en la zona rural como urbana. Inició en la zona rural y llegó a prácticamente acordonar varias ciudades del país. En Loreto, hubo una muy mínima presencia, pasó casi desapercibida, pero las noticias que venían de otros lugares del país nos llenaba de tristeza por lo que vivían nuestros compatriotas.
Dicho este preámbulo, actualmente estamos en un escenario que parece también se nos está yendo de las manos, una nueva forma de terror impuesta por bandas de asaltantes, sicarios, extorsionadores, gota gotas, minería ilegal, narcotráfico, y otras formas de menor y mayor violencia están imperando en las ciudades del país.
Este fenómeno delincuencial específico de los asaltos y sus variantes de extranjeros colombianos y venezolanos, está llegando a replicarse en las zonas ribereñas por nacionales, donde el accionar de criminales conocidos como “piratas del río” están ocasionando terror en nuestras embarcaciones fluviales que son asaltadas con gran facilidad, sin una reacción eficaz, ni siquiera a nivel de propuestas para enfrentar esta ola delincuencial, de parte de Capitanía de Puertos, de la Asociación de Armadores de Loreto, de las autoridades municipales, de la dirección fluvial del Gorel. Nada. ¿Se han reunido para tratar el tema con resultados aplicables y concretos?
El traslado de este tipo de terror ha ido desde la ciudad hacia la zona rural, lo que fue al revés en la época del terrorismo senderista que se extendió del campo a la ciudad. Estamos viviendo una nueva forma de terror, y no queremos darnos cuenta, nos están rebasando, y la ciudadanía se está armando para defenderse, utilizando armas de fuego en defensa propia. No queda otra, se dice, y obvio que tienen razón. ¿En qué escenario muy peligroso estamos entrando?
Lo que parecía un comentario inofensivo popular, “si las autoridades desde el más alto nivel del gobierno, hasta los alcaldes, funcionarios, todos roban, de la noche a la mañana son los nuevos ricos, entonces todos a robar que el mundo se va acabar”, es la expresión que, si bien no se puede generalizar, existen evidencias de ello. Y el presidente Bukele de El Salvador, sentencia que, si todo está mal abajo, es que empieza desde las cabezas. “Si un gobierno no combate con dureza la delincuencia, es porque están adentro”. En este escenario ¿En qué medida somos un país viable? ¿Se darán las modificaciones legales para combatir con mayor eficacia la delincuencia de extranjeros y nacionales?
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El nuevo terror
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