El nuevo gobierno ¿solucionará el problema crucial del agua?

Un problema que por su dimensión exige una pronta e inmediata solución, es  el de la escasez de agua en el globo terráqueo; de un tiempo a esta parte, tal hecho ha devenido en un  problema vigente que requiere impostergable solución, no sólo en el país, sino en toda la población mundial, pues su utilización en la vida del hombre es  de tanta importancia como lo es la lucha contra la pobreza.

 

Alejándonos del escenario político que en estos momentos mueve al país por la impronta dejada por los electores peruanos, estimamos que  la necesidad de promover debates y soluciones es un imperativo que compromete a todos los sectores sin excepciones de ninguna clase, pues está en juego la supervivencia del ser humano a partir de la mitad de la presente centuria.

 

Todos en el país saben  que existe un proyecto de ley de aguas, cuyos alcances han sido expuestos en diversos foros y espacios, propiciando amplios debates, pero todo  tropezaron  con la coyuntura pre electoral, pues la posibilidad de aprobar  dicha ley de urgente necesidad para el país, corría  el riesgo de tomar un matiz político que dañaría los beneficios que se buscan con dicha ley. Pero ya cumplido el proceso político, dicha amenaza ha desaparecido.

 

Aquí cabe una interrogante que con una respuesta adecuada, consideramos, podría permitir, si no la solución integral del problema, si  el lenitivo adecuado que daría más tiempo para encontrar una solución definitiva al problema en el mundo, dejando de lado todo egoísmo político y ambiciones inconfesables.

 

Dadas tales condiciones, se precisa manifestar que abordar el tema con la urgencia que ello requiere, debe ser inmediata para sentar las bases de un debate amplio y pluralista que permita desarrollar una ley que sea de prioridad uno en la política gubernamental de este, del  próximo y de todos los gobiernos del mundo.

 

La política de abastecimiento de agua para el Perú debe resolverse eliminando las deficiencias de cobertura que permiten que una cuarta parte de nuestra población viva una permanente vía crucis para contar con un servicio adecuado de suministro del líquido elemento.

 

El ser humano puede vivir sin petróleo o sin cualquier nutriente de su dieta diaria, pero no sin agua potable, de allí que el problema radique en que  cada vez es más escaso dicho recurso, que al lado de la salud y la educación constituye el sinónimo de igualdad y un factor determinante en el desarrollo humano.

 

Cualquier  institución  política que arribe al poder, vía acto electoral  de por medio, deberá abordar el problema del agua como una estrategia a largo plazo y convertida en una política de Estado. En tal estación se deberá establecer si el abastecimiento del recurso deberá ser manejado por el sector público o privado, cuidando la optimización de una administración que solucione el problema ¿estamos?