En la literatura universal existen docenas de nombres que se dan a los montes. El monte de venus, que nos trae nostalgias juveniles, el monte del Sinaí para los religiosos, el monte del calvario o el Gólgota o el monte de las calaveras, como se llama al sitio donde fue llevado Jesucristo, por obra y gracia de los fariseos, de los malos religiosos, para ser torturado, apaleado y crucificado. Según la biblia cristiana, la tortura y el martirio y el calvario del galileo, solo duró tres días.
Nosotros los que vivimos en el distrito de San Juan Bautista, vivimos desde el viernes hasta el domingo de cada semana una verdadera tortura. Cada uno de esos días hasta las tres de la mañana (los sábados) nos crucifican pero, no morimos ni vamos al cielo, sino, que ya estamos en el infierno como zombies (muertos vivientes)
¿De dónde proviene este calvario? De un lugar llamado el «MONTE» que se encuentra en el promontorio más alto y en pleno corazón de San Juan Bautista, cerca a una iglesia católica, a diez metros de un centro de salud del seguro social, frente al local de la directiva de la comunidad campesina de San juan, a 500 metros de la municipalidad del distrito, a 1000 metros de la posta médica de esta localidad y, a 1000 metros de mi casa en línea curva, pero, con el ruido que hacen parece estar a un metro.
¿Quiénes son los causantes de este calvario? Deben ser aquellos fenicios que se lucran con las angustias de diversión de jóvenes y adultos y con propaganda incluida de algunos comunicadores sociales radiales y televisivos.
Pero, lo más grave del asunto es que ningún tipo de autoridad hace algo para solucionar este problema de contaminación sonora. Los del comité del ruido son más nueces verdes que otra cosa. Nunca se han pronunciado sobre este asunto. Será porque en la calle parar quince minutos el tránsito, que no ha solucionado nada en absoluto, es una manera de exhibirse en televisión y en la radio y da réditos políticos y económicos.
Existen fiscalía ambiental, oficinas ambientales en el gobierno regional de Loreto, en la municipalidad de Maynas, en la municipalidad distrital de San Juan Bautista, existe el comité contra el ruido, existen los ambientalistas fanáticos, están dos universidades particulares, pero, es como si no existieran. Hay docenas de leyes ambientales para este tema de contaminación, pero nada de nada. Los que organizan estas fiestas que para nosotros es como si llegara semana santa pero para martirizarnos con sus desaforados gritos de cantantes y animadores, ganan harta plata ¿por qué entonces no invierten en adecuar el ambiente de los salones de baile con un material acústico que no permita la salida del ruido?. Se puede hacer paneles con láminas de topas, y que las autoridades respectivas hagan la inspección técnica con ayuda de especialistas de verdad. Otra cosa, para completar el monte del calvario, que pronto será el monte de las calaveras por los muertos en vida que va dejando, existe una o dos piscinas que no sabemos si tienen inspección del ministerio de salud para controlar el terrible dengue. ¿Serán criaderos de zancudos transmisores de paludismo y dengue estas piscinas? La sugerencia a nuestras autoridades, es que realicen una buena inspección técnica y obliguen a los empresarios de eros, tanatos y baco, a adecuar estos ambientes, lo mismo que los cuerpos de agua. ¿Para qué fumigan nuestras casas cuando el enemigo se ha refugiado ahí en esas piscinas? Y, eso que está a pocos metros de una oficina de salud, de donde salen los fumigadores. Aquí, pueden hacer sus prácticas los alumnos y profesores de la facultad de arquitectura de la UCP, para recomendar y diseñar un ambiente acústico que no perjudique a la población que está a miles de metros a la redonda de este local que llamo el monte de la tortura y del martirio de los viernes, sábados y domingos y, cuando ellos quieren.