EL EJEMPLO DE HABITANTES DE OTROS LUGARES DEL PERÚ

Enfrascados en esta lucha justa de propugnar justicia e investigar una serie de programas de los diferentes gobiernos, especialmente el del alcantarillado en donde tirios y troyanos nos sentimos agredidos por los planificadores y constructores, no se ha abordado el tema de la inseguridad ciudadana.

Con declaraciones infelices e indiferentes estas autoridades dicen que están gestionando presupuesto, que se han reunido para ver el plan de acción y, en otro caso, expresan que no es asunto suyo. Increíble, la indiferencia que muestran ante este fenómeno que va destruyendo no solo familias, sino los cimientos de nuestra sociedad loretana que fue antes ejemplo de tranquilidad.

¿Cuándo hacían campaña electoral no sabían acaso que tenían que afrontar este problema? Claro que sí. Entonces al llegar al cargo ya tendrían no solo un plan de ataque a este flagelo, sino presupuesto. Ahora dicen que  no sabían y quieren más plata para que sus funcionarios y ellos mismos vayan al extranjero para aprender sobre seguridad, una gran mentira que inventan para pasearse.

Hace tiempo escribí un artículo basado en las declaraciones de un capo brasilero en una de las cárceles de Brasil, en que decía que ya no es posible desarmar sus bandas de las favelas porque tenía comprado a todo el mundo.

Hoy, lamentamos las muertes y graves heridos de personas inocentes y nos aterra que esto siga ante los llamados arranchadores que al paso atacan a los conductores de motos lineales para quitarles sus bolsos desequilibrándolos y tumbándolos al piso, sin considerar que podrían haber niños como pasajeros y, por consiguiente traer tragedias que no se pueden remediar por la angurria de estos ladrones que, en su mayoría, son jóvenes.

¿Para qué roban estos jóvenes? Para sus programas de placer y diversión, la mayor parte de ellos lo hacen para eso.  Para comprarse motos, ir a los huecos del expendio de droga y para las fiestas de fin de semana bien “fichos” y, una vez que se les acaba el dinero salen a robar con el consentimiento, incluso de la pareja.

En la noche de ayer, en un excelente programa de contraluz que conduce el profesor Luis Ramos se abordó este problema con el compromiso de continuar todos los días de ir machacando el asunto y con el  del ciudadano a apoyar a los buenos policías, porque de las autoridades ya nada que ver. Esperamos que todos los comunicadores sociales apoyen lo que escribimos anteriormente y lo que pide el mencionado periodista, dar cinco minutos de su espacio a insistir en el tema, especialmente en la de prevención.

En San Martín, me comentó un vecino que llegó ayer, la población ya ha tomado al toro por las astas. Y, ladrón que cae en las rondas vecinales organizadas, ladrón masacrado y roto sus brazos y piernas y después lo llevan a la dependencia policial. Según me comenta el paisano, los empresarios de esa zona, especialmente los transportistas han contratado licenciados del ejército con una paga modesta para vigilar la carretera Tarapopoto-Yurimaguas y el índice de delincuencia ha descendido. Creo que es un buen ejemplo para que los empresarios de acá imiten a sus pares de san Martín, que inviertan para contribuir a la seguridad de esta tierra que les dio la oportunidad de crecer y hacer plata, incluso con la devolución de sus impuestos, no sean angurrientos.

El presidente del GOREL que tiene harta gente sin hacer nada en sus predios y en su movimiento político, debería organizar con  un buen servicio de inteligencia en colaboración con la marina de guerra, de la aviación, del ejército y de la policía, brigadas para  en turnos de día y noche recorrer la ciudad y sus alrededores de manera disuasiva con miembros de estas fuerzas armadas. Lo mismo los alcaldes y líderes de los movimientos políticos. y van a ver cómo se incrementa sus intenciones de votos y descienden los asaltos. Idem, los frentes amplios y patrióticos y los movimientos de manos limpias. Manos a la obra y menos palabras. Demos ejemplo a las autoridades, de lo contrario van a aparecer vengadores anónimos.

Los ciudadanos, también,  deben tomar sus precauciones para no mostrarse y ser asaltados tanto en sus casas como en la calle. No andar con bolsas tremendas y llamativas, no poner las mochilas de los niños en sus espaldas de tal manera que el choro venga y jale al niño tumbándolo de la moto, no mostrar joyas y celulares a la vista de todo el mundo, mirar a todos los lugares, dar una o dos vueltas antes de llegar a sus viviendas, no abrir la puerta sin  saber quiénes son, tener un tremendo bate de beisbol como lo dijo Hertz Hemerith la otra noche para romper la cabeza al choro y no contestar el teléfono a gente desconocida. Y, si después de todo ocurre, no pelear. Nuestra vida vale más.  Solo así organizados y prevenidos vamos a tener algo de tranquilidad, porque ni doña Adela, ni don Ivan, ni don motor, ni  don Juanito tu pata, hacen algo para combatir esta desgracia que es tan fácil hacerlo. ¿La policía sabe dónde venden sus robos estos choros? Claro que sí. Iquitos es chico, si atacamos a estos reducidores no va a haber tanto ladrón.,