Ayer se celebró el «Día Internacional de la Mujer» y hubo muchos saludos que fueron muy bien recibidos, pero tenemos más que la impresión que como todas las fechas connotadas que se originan por un fin reivindicativo, en el paso del tiempo parece más decorativo, un motivo para decir solo feliz día, abrazos, regalos, etc. Y qué pasa el resto de días del año. Es decir que va perdiendo su esencia, para lo cual fue instituido.
Cuán importante hubiera sido que las autoridades legislativas de turno nos presentaran un informe sobre los avances en la aplicación de los derechos de las mujeres. Qué los hay, sí los hay. Pero, cuánto hemos avanzado y qué gestiones pendientes están en marcha para mejorar, ampliar y aplicar lo que no está todavía implementado.
En las redes sociales se han podido apreciar diversas formas de expresarse en este Día de Todas, como la que decía: «Cierto que nos gustan las flores, los bombones, pero más nos gustan el RESPETO, los DERECHOS y la LIBERTAD. Lo que resume parte de la lucha por la igualdad de las mujeres que dieron la pauta con su sacrificio para tener esta fecha especial cada año.
Al parecer, la instauración de la fecha no va más allá de recordar lo que pasó y habría que tratar de llegar a los entes internacionales que designan estas efemérides, para pedirles que se actualicen esas buenas intenciones, y así lograr un compromiso de los gobiernos nacionales del mundo, a fin de que den cuenta de lo que están haciendo a favor de las mujeres. En la actualidad existen otras formas de violencia que se han visibilizado en contra de los derechos de las mujeres.
Así, en las redes sociales encontramos este petitorio: «Queremos igualdad, queremos caminar por la calle sin palabras de acoso, queremos tareas compartidas en el hogar y la familia, queremos una vida sin violencia, queremos trabajar sin ser acosadas, queremos que respeten nuestro liderazgo, queremos decidir sobre nuestra sexualidad, queremos que trabajar y ser madre no sea incompatible».
Esto último sigue privando a muchas mujeres de trabajar sin poder cumplir con sus roles de crianza. Reiteramos lo que dice el petitorio: «Queremos trabajar y ser madre que no sea incompatible». Hay avances importantes como los ambientes conocidos como «Lactarios» que se han instalado, sobre todo, en los entes del sector estatal hasta donde las madres lactantes se unen a sus bebés para cumplir con la lactancia materna cada cierto momento.
Pero no son pocas las mujeres que han testimoniado que lo hacen con cierta incomodidad porque los jefes y los mismos compañeros no se muestran muy colaboradores, cuando de cumplir con esta función materna y social se trata. Es que tenemos que entender que esto va más allá del derecho de las mujeres trabajadoras. Es una responsabilidad social porque se trata de la alimentación más importante del futuro ciudadano (a), de quien se esperará el mejor desempeño.
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