- El aparente enfrentamiento de Keiko y Kenyi en los predios de Fuerza Popular:
Los peruanos de los inicios de los ‘90, recordamos esa escena familiar de los Fujimori en el poder: El ingeniero y catedrático Alberto Kenya, hecho presidente, su esposa Susana Higuchi, fugaz primera dama, y sus hijos, en especial la adolescente Keiko y el benjamín Kenyi. El “chino” del tractor, le había derrotado en segunda vuelta al laureado escritor Mario Vargas Llosa. Terminaba el desastroso primer gobierno de Alan García (1985-1990) y todo hacía soñar que la economía en bancarrota, sería controlada por los nuevos inquilinos de la casa de Pizarro.
Han pasado 27 años de esa fotografía del sonriente chinito luciendo la banda presidencial al lado de su numerosa familia (incluyendo a sus hermanos y cuñados) descendiente de migrantes japoneses. El destino de los Fujimori en el poder, sigue utilizando mucha tinta en las páginas de la historia del Perú camino al bicentenario. Veamos.
El patriarca anciano en la cárcel, buscando el indulto de PPK, su esposa Higuchi con problemas ya de salud por la edad avanzada, sus hermanos y cuñados prófugos de la justicia escondidos en algún lugar de Japón y sus hijos más notorios, Keiko y Kenyi disputándose el mando en el partido político más poderoso del país: Fuerza Popular.
Las buenas relaciones entre hermanos con que sueña toda familia nuclear, se remeció esta semana pasada con el aparente enfrentamiento entre la lideresa naranja Keiko y su hermano Kenyi, el congresista más votado en las últimas elecciones. La influencia del padre presidiario sobre el benjamín de los Fujimori, ha tenido su mejor performance en circunstancias que Kenyi prácticamente le quitó protagonismo a su hermana en la demostración de quién busca verdaderamente la libertad del padre.
Según los periodistas de investigación del semanario “Hildebrant en sus trece”, esta pugna por el protagonismo en el fujimorismo, hizo que Keiko pidiera la famosa reunión cumbre con PPK, que se concretará mañana martes, en donde naturalmente el tema central de la agenda oculta será el asunto de la excarcelación de Alberto Fujimori, los demás tópicos serán de relleno. Keiko aparentemente quiere demostrar a su hermano Kenyi que ella es la que hace y deshace en el fujimorismo.
Como es de público conocimiento, el patriarca de los Fujimori, purga una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad por la autoría política de la matanza de Barrios Altos a manos de un comando paramilitar, el Grupo Colina. Sigue en proceso, muchas otras denuncias por corrupción política conjuntamente con su socio Vladimiro Montesinos, el del video entregando cerros de dinero a los tránsfugas.
El fujimorismo en el elíxir del poder, capaz de torpedear cualquier acción del ejecutivo, quiere el indulto para Alberto Fujimori y PPK está a punto de concederlo. Muchos grupos pro Derechos Humanos, asociaciones civiles y movimientos políticos salieron a protestar en las calles, este fin de semana, rechazando esta posible excarcelación del reo de la Diroes, porque “El indulto es un insulto”. El presidente de la república, deshoja margaritas y antes de 28 de julio, seguramente habrá novedades en el frente político con el caso Fujimori. El congreso dominado mayoritariamente por Fuerza Popular y comandado por Keiko hace presión para lograr su única ideología pragmática: liberar al padre de la cárcel
Mientras tanto, en los predios keikistas, se cocina una medida disciplinaria al congresista Kenyi, para que deje de faltar “el respeto” a su hermana mayor, y deje de robarle el protagonismo político pretendiendo demostrar que es el hijo que ama de verdad al padre y busca honestamente su liberación.
El pedido de indulto no puede ser un chantaje político. El pueblo decidió democráticamente hace ya un año, en segunda vuelta, que en el Poder Ejecutivo no esté la señora Keiko, y esa decisión hay que respetarla. El pueblo decidió también que el fujimorismo tenga mayoría en el Poder Legislativo y eso también merece igual respeto. PPK y Keiko deben acercar posiciones para buscar el bien común y tender puentes hacia la gobernabilidad de los próximos cuatro años que le queda aún a este gobierno.
El indulto al reo de la Diroes, tiene que escuchar las voces discrepantes de la calle, y no debe de ser un asunto decidido en una conversación de té. El pueblo necesita nuevos aires en la política, y el asunto de los Fujimori que lo resuelva el otro gran poder del estado, el Poder Judicial.
Que al acercarse estas Fiestas Patrias, los peruanos nos unamos más en nuestra diversidad política buscando el desarrollo integral de la persona y de los pueblos. Hay tantos proyectos de vida que deben estar priorizados en la agenda nacional, como el problema de salud, la educación, la seguridad ciudadana, la economía en favor de los más pobres, la mayor inversión pública, la generación de empleos dignos, la salubridad y el saneamiento, la promoción del sector rural, la defensa del medio ambiente, etc.
Pedimos a Dios padre, que quiso tener su familia, la familia sagrada de José, María y Jesús, nos ilumine a todos los peruanos, en especial los que detentan el poder político, para que hagamos el esfuerzo de delimitar el campo personal de nuestros intereses particulares y nos abramos al gran espacio del campo social, buscando el bienestar de todos los peruanos.
¡Que el indulto, no sea un insulto! Amén.