Es difícil olvidar el día que nos enteramos que unas conocidas jóvenes de una comunidad del río Napo que venía a Iquitos a trabajar en casas, para juntar para sus útiles escolares, de pronto desaparecieron luego de que “la chiclayana” las llevara por una mejor vida.
Sus padres en medio de la angustia nos vinieron a contar que un día se apareció por su pueblo una mujer que se hizo llamar “la chiclayana”, quien les habló que busca jóvenes para trabajar en un restaurante en Lima, y les regaló un equipo celular a dos de las chicas y a sus padres para que se comunicaran todos los días.
La delincuente se ganó la confianza y también les compró ropa, les dijo que estaba coordinando todo para el trabajo que realizarán y tendrán un buen pago como para poder enviar a sus familias de forma mensual. Las chicas estaban llenas de ilusiones y sentían mucha felicidad.
Ellas tenían mayoría de edad, pero todavía estaban en el colegio por los retrasos fuertes que se producen generalmente en la zona rural con los estudios básicos. Los documentos de identidad la mujer los regularizó en Iquitos y se realizó el “feliz” viaje, así el primer, segundo y tercer día estaban en contacto, hasta que los padres llamaban y nadie respondía, empezó la desesperación, y la angustiante interrogante de ¿Dónde estarán?
Una vez en la comisaría de Iquitos entendieron que sus hijas muy posiblemente habían sido víctimas de trata de personas, pasó más de un año, hasta que una logró escapar y fue la pista para rescatar a su hermana y más chicas por el norte del país donde fueron sometidas a la explotación sexual.
Hermosas jovencitas que fueron agredidas física y psicológicamente, retornaron y lograron recuperarse, aunque nunca es total, siempre algo de trauma queda, pero manejable. Y entre lo dramático, este caso tuvo un final feliz porque volvieron a su pueblo, pero miles y millones en el mundo nunca regresan a sus hogares de donde las raptaron con mentiras.
Por eso, ayer 30 de julio, Día Mundial contra la Trata de Personas es importante que estemos alertas ante los engaños que conllevan a este crimen, pero también local y regionalmente se dan figuras de tratantes como en el servicio doméstico, en la extracción de madera, etc., que las entidades responsables contra este delito deben mostrarnos resultados, así como incidir en la prevención.