- Opina el Dr. César Ramal Asayag, médico jefe del departamento de infectología del hospital regional.
Se le entrevistó en el marco del Día de la Medicina Peruana a recordarse hoy 5 de octubre, por lo que el decano del Colegio Médico de Loreto, Miguel Ángel Pinedo Saboya y su junta directiva, ha preparado una ceremonia protocolar a partir de las 11 am en su local gremial.
“Se ha avanzado en esta área de infectología debido al apoyo de muchas organizaciones y del gobierno regional, que aportan para contar con mejores alcances. Con el hospital regional se está coordinando un área de cuidados intermedios, ahora hay una que es pequeña, solo entran 4 camas.
Faltan equipos, un ventilador mecánico. Los pacientes nuestros son especiales, con dificultad los aceptan en otras áreas, porque les contaminan los equipos. Por ejemplo, en diálisis, si uno tiene hepatitis B, se les tiene que destinar un equipo solo para ellos. Sería bueno que acá tengamos una sala amplia de cuidados intermedios y con equipos necesarios.
A nivel nacional, francamente que yo esperaba una inversión brutal en salud. Luego de ver la cantidad de gente que se moría, creía que saldría un mayor presupuesto nacional y no hay absolutamente nada. Faltan mejoras de todo tipo, entrenamientos, capacitaciones. Más equipos, pero al final no se ha visto nada como un mejor presupuesto de país destinado al sector salud. Y una sociedad que no invierte en salud y educación, está destinada a hacer mal las cosas”, habló el especialista en infectología, César Ramal.
Este jueves 5 de octubre es el Día de la Medicina ¿usted volvería a ser médico?
-Así es. Ocupaba los primeros lugares en secundaria, por lo que tenía acceso a ingresar sin examen en alguna universidad de la región (Universidad San Agustín de Arequipa), entonces pude ser arquitecto o ingeniero y ganar mucho dinero, pero lo mío siempre fue buscar algo orientado a servir a la gente.
Este laboratorio de investigación que estoy impulsando, es para los pacientes, no es privado donde voy a ganar. Tengo una vocación de ayuda desde siempre. Ser médico es un apostolado.
Vengo a Iquitos porque acá tenía un familiar quien me comunicó que había plazas. Me interesó especializarme en enfermedades metaxenicas. Fui a “Juancito”, ahí veía casos de malaria, lepra, eso me llenó y decidí mi especialidad.





