Por: Juan Soregui Vargas
Durante estos últimos días, diferentes programas de televisión de Europa han venido propalando noticias sobre un desfile de modas realizado en París, Francia, donde se han utilizado productos provenientes del cacao, para diseñar y confeccionar vestidos para la temporada de otoño e invierno.
Lindas y esculturales chicas han paseado sus hermosas anatomías por pasarelas de una sala de desfile de modas de Europa, luciendo, además como atractivo, hermosos vestidos adornados con productos del cacao, provenientes de las zonas de selva y ceja de selva de nuestro país.
Cuarto poder, programa de televisión de Lima, ha difundido el domingo 9 de noviembre un nutrido evento sobre el consumo de chocolate y otros productos transformados en base al cacao de todas partes del mundo, especialmente del Perú.
La noticia propalada por los canales de televisión europea de esta fiesta en París, destaca al cacao y sus bienes transformados, como uno de los principales productos que se comercializa en Europa, considerado como un gran mercado para los productores y empresarios peruanos.
Los cultivos de esta planta y sus frutos presentados en la ciudad luz han sido y son asesorados por profesionales y técnicos independientes apoyados por estamentos gubernamentales e internacionales como el USAID, desde hace años, generando beneficios en diferentes comunidades nativas del Perú.
En nuestra región, con los obstáculos que presentan los fanáticos ambientalistas, se ha iniciado el cultivo del cacao desde hace cinco años en Tamshiyacu, con inversión de la empresa privada y en zonas de frontera con promoción y asesoramiento del Proyecto Especial Binacional de Desarrollo Integral del Putumayo/PEDICP, que hace pocas semanas fomentó la capacitación de 19 productores de cacao de la zona de Caballo Cocha.
El que suscribe esta nota, trabajador de una empresa privada que se dedica a promover el desarrollo sostenible de los pueblos del Perú, con cultivos e industrias limpias y manejo de recursos de la biodiversidad, instalación de sistemas de saneamiento como el agua potable y desagües, con la participación comunal, ha venido desde hace meses escribiendo y sosteniendo por radio que es necesario e indispensable para nuestra Amazonía impulsar este el cultivo del cacao y su transformación, con crecimiento económico, justicia social y respeto al ambiente. Solo de esta manera podemos hacer el proyecto de desarrollo sostenible que tanto anhelamos y proclamamos para la nuestra Amazonía y, por ende, para el mundo. Esto lo hemos comprendido muchas personas proactivas que conocemos la cuenca amazónica como la palma de nuestra mano, así como instituciones líderes en programas de desarrollo como el PEDICP en las zonas de frontera. Mi propuesta es que todos juntos, gobierno regional, municipalidades, consultores y asesores independientes nos unamos para promover este tipo de cultivo, que ya tiene un enorme mercado en Europa.
Con la experiencia adquirida en muchos años sobre este tipo de proyectos es mejor y preferible que los entes gubernamentales solo sean promotores del proceso y que los independientes con responsabilidad legal asumida, sean los asesores y consultores del establecimiento de este cultivo. Existen proyectos de “mejoramiento” (debió escribirse mejorar) de la tecnología de transferencia de ciertas crianzas que por ser manejados por entes y burócratas gubernamentales, no han dado ni dan resultados positivos, por lo que los pobladores no ven su crecimiento económico y social, y dentro de poco se sentirán defraudados.
Hasta ahora, el actuar de los profesionales y técnicos del PEDICP es encomiable y creemos que deben seguir en esta hoja de ruta, acudiendo siempre a la sabiduría y experiencia de independientes y de la participación de los pobladores donde laboran.
En tanto en Europa, se aprovecha el cacao para alimentación y, en este caso, para diseñar y elaborar vestidos para venderlos a los ricos de los países europeos, acá en nuestra zona existe personas fanáticas que no quieren que nuestros hermanos nativos surjan con estos cultivos limpios y se adapten al mundo moderno. Da la impresión que desean que estos hermanos de lo más profundo de nuestra cuenca se queden en la pobreza para que con sus discursos pasados de era, seguir explotándolos.
Creo que los profesionales, particularmente del PEDICP, de la UNAP, de los actuales gobernantes elegidos, las empresas independientes y otros conocedores del tema, deben llevar al COP 20 una propuesta de desarrollo sostenible como es el cultivo del cacao y su transformación, en la que se incluya lo económico, social y ambiental.
Un punto importante en el proceso del establecimiento de este y otros cultivos y manejo de nuestra biodiversidad, como lo sostiene la empresa en que laboro y el PEDICP, es no solo la capacitación técnica y empresarial, sino una manera adecuada de invertir el dinero que ganan los productores de las diferentes zonas, diversificando sus actividades económicas, para que cuando se acabe este boom (aproximadamente en 20 años) puedan seguir disfrutando de otras empresas rentables, instaladas con el dinero del cacao.