La deforestación en la Amazonía peruana ha aumentado hasta seis veces más en los últimos años por la incursión de los mineros informales que, motivados por los altos precios del oro, no escatiman en devastar la zona, según un estudio de la estadounidense Universidad de Duke.
En los sitios estudiados en el departamento oriental de Madre de Dios, unas 7.000 hectáreas de bosques vírgenes y humedales han sido arrasados por la minería, mientras que la deforestación continúa en alza. «Hay muchas áreas dispersas, pequeñas, pero en expansión de la actividad minera en Madre de Dios que son más difíciles de controlar, pero pueden crecer rápidamente como los sitios que hemos seguido en el tiempo», sostiene la profesora de Medio Ambiente de Duke, Jennifer Swenson.
La investigación combina imágenes satelitales de la Nasa entre el 2003 y el 2009 de Madre de Dios, análisis económicos del precio del oro que en la actualidad supera los 1.400 dólares la onza e importaciones de mercurio. La explotación minera «es ahora claramente visible desde el espacio», afirmó Swenson. Para la investigadora no hay una gran minería a quien culpar en la zona. Son los cerca de 50.000 mineros artesanales del lugar los que por su escaso conocimiento de normas medioambientales echan al aire, suelo o agua el mercurio con el que procesan el oro. La minería informal es la segunda mayor fuente de contaminación con mercurio en el mundo, solo superada por la quema de combustibles fósiles, según Swenson.
Este metal pesado puede viajar miles de kilómetros y expandir sus nocivos efectos en el sistema nervioso de peces y de los hombres que los consumen. «Prácticamente todo el mercurio importado al Perú se utiliza para la minería artesanal del oro y las importaciones han aumentado de manera exponencial desde el 2003, lo que está reflejado en el aumento de los precios del oro», dijo Swenson y añadió que la solución puede estar en limitar las importaciones de este elemento. El gobierno peruano ha sostenido que la «minería salvaje» tiene que desaparecer, en alusión a aquella que se realiza sin tecnología y destruye y contamina el medio ambiente.
Sin embargo, sus esfuerzos no son suficientes para controlar esta actividad. Madre de Dios, el departamento menos poblado del país y con gran cantidad de población indígena, es un caso emblemático al sufrir por las consecuencias ambientales de la minería informal, que además acarrea problemas como la prostitución y la trata de personas. En el 2009 se extrajeron 17.215 kilos de oro en Madre de Dios, departamento comprendido en un 93% por una zona de exclusión minera que no se respeta.