Defensa Nacional: ¿Por qué no un aporte de los grupos de poder?

Es indudable que como país amenazado, auque nos tilden de alarmistas, tenemos que tener vituallas y armas defensivas que persuadan a quienes pretendan echar la zarpa a nuestro territorio. Se precisa para ello contar con una  preparación  ofensiva y defensiva, acorde con la dimensión  del problema,  además de contar con armas y equipos modernos que solo se pueden adquirir con mucho dinero y en estos momentos el gobierno no cuenta con  un capital destinado a tal fin, pero la amenaza  avanza.

 

Aquí el problema es cómo lograr un equilibrio  de los requerimientos del sistema defensivo y los problemas sociales que requieren urgente solución. Al margen que una fuerza armada  bien equipada no viene a ser un lujo sino una necesidad, tenemos que ser conscientes de que las regalías ya están ocupadas y se precisa de una nueva forma que permita dotar a nuestra Fuerza Armada,  de todo lo necesario en cuanto a armas, víveres, medicinas, ropa, semovientes y toda una logística debidamente  organizada para poder actuar con eficacia.

 

Visto el problema, nos permitimos una sugerencia que creemos es más posible que  quitarles porcentajes a los fondos del canon de que gozan algunos departamentos o aquellas regalías cuyo destino mencionamos líneas arriba.

 

Sabido es que en el país existen grandes grupos de poder que mueven miles de millones anuales, todos ellos cada vez manifiestan mayor crecimiento económico y las ampliaciones de sus instalaciones alcanzan  medidas estratosféricas, sin duda su progreso desde ya beneficia al país, los puestos de trabajo que generan sirven a millones de peruanos, eso hay que reconocerlo, pero ¿qué sucedería luego de una hipotética invasión o ataque a nuestro país por parte de alguna nación ávida de territorio?

 

La guerra no respeta vidas, propiedades ni tierras, sus efectos son letales sino tenemos como rechazar  cualquier cobarde agresión. En tal caso, los grupos de poder son los que salen más perjudicados porque el enemigo no hace distingos y a la hora de arrasar barren con todo, aunque los damnificados sean de su misma nacionalidad; y eso tenemos que evitarlo.

 

¿Cómo?, pues recurriendo precisamente a aquellos capitalistas que desarrollan sus actividades comerciales y empresariales en nuestro país, sean peruanos o no, para que de sus utilidades  otorguen una mínima cuota de apoyo para defensa nacional, el monto que lo decidan ellos, pues tal forma de apoyo no sería una obligación legal, sino voluntaria; y creemos que esa sería la mejor forma para lograr éxito en la intensión. No se crea que es una idea  descabellada, ni producto de una afiebrada imaginación, solo debe haber voluntad de hacerlo.