- Sostiene párroco de la iglesia San Martin de Porres, Raymundo Portelli.
El padre Raymundo Portelli, párroco de la iglesia San Martín de Porres de la ciudad de Iquitos, compartió su reflexión sobre el tiempo de Adviento, un periodo de preparación espiritual previo a la Navidad. Este tiempo, que comenzó el 1 de diciembre, no solo invita a la espera del nacimiento de Jesús, sino también a la introspección y a la preparación del corazón para vivir una Navidad auténtica.
El padre Raimundo destacó que, aunque la Navidad es vista por muchos como una celebración social llena de comidas, regalos y festejos, el verdadero sentido de la festividad se encuentra en la presencia de Jesús. “Si Jesús no está presente, no es Navidad. Y sin Jesús, no habrá paz”, explicó. En este sentido, subrayó la importancia de prepararse no solo de manera superficial, sino con un verdadero compromiso espiritual.
El Adviento, en palabras del padre Raymundo, es un tiempo para reflexionar y vivir con esperanza, en preparación para recibir al Salvador. “La Navidad no debe ser solo una fiesta como cualquier otra, debemos vivirla de manera diferente”, afirmó, añadiendo que es esencial que cada cristiano se prepare para este momento especial con oración y vigilancia.
Dentro de las prácticas recomendadas para vivir el Adviento, el sacerdote sugirió que las familias oren juntas durante este periodo, utilizando símbolos como la corona de Adviento y las velas, y que se centren en la reflexión sobre la palabra de Dios. Además, enfatizó la importancia de la caridad, invitando a los creyentes a acercarse a los más necesitados, en quienes se encuentra Cristo. “Haz algo de caridad, acércate al pobre, y te encontrarás con Cristo”, instó.
En sus palabras, el padre Raymundo Portelli recordó que la Navidad es un momento propicio para fortalecer los lazos de fraternidad y amor, especialmente con aquellos que más lo necesitan. Recalcó que la verdadera Navidad no está en la abundancia material, sino en la humildad y el servicio al prójimo.
Finalmente, el sacerdote invitó a todos a vivir esta Navidad con el corazón y el alma abiertos, dispuestos a recibir al Niño Jesús, no solo en la celebración, sino en las acciones cotidianas de compasión y amor





