De la ola verde a la ola blanca

Por: Harlan García del Aguila

Al implementar la norma que persigue la tala ilegal de los bosques en el llano amazónico sin haber dado el apoyo necesario para su formalización, o alternativas de sobrevivencia para los hombres dedicados a esta actividad, trabajando en ella como medio de paliar su necesidades, no se sabe si a sabiendas o sin ninguna previsión de lo que pudiera ocurrir con esta gente y la Amazonía misma. Hoy se tiene conocimiento que esta población desplazada de su modus vivendi, se está volcando a la otra actividad todavía más peligrosa como es el cultivo de coca con fines ilícitos, pudiendo dentro de poco convertirnos en una región cocalera, pasando de la ola verde a la ola blanca.
Las ONG ambientalistas vienen a nuestro país y a las regiones amazónicas a presionar a nuestras autoridades para tomar medidas más radicales, como está ocurriendo, sin considerar la consecuencias de lo que pudiera ocurrir, poniendo como pretexto el calentamiento global del planeta, como que fuéramos los culpables de esta situación que aterroriza a los gobernantes, científicos y población entendida, tema que se viene discutiendo en grandes cumbres nacionales e internacionales.
No se toma en cuenta, que la forestería en el llano amazónico es muy diferente a otras zonas del planeta, donde sí se puede controlar el flujo de agua para desarrollar reforestación controlada.
Los gestores de las normas de control de la tala llamada ilegal, no saben que en nuestros bosques también reina la ley del más fuerte, porque un árbol grande no deja desarrollar a los que sobreviven en la sombra de éste que impide el desarrollo de los otros. Los que no lo han vivido no saben que al derribar al árbol gigante, los pequeños empiezan a salir en una gran competencia por alcanzar desarrollarse en busca de la luz solar, es cuando se produce la reforestación natural. Entonces, la tala selectiva no deforesta, al contrario ayuda a una reforestación que controla la misma naturaleza.
Tengamos también en cuenta, si queremos reforestar con la misma especie, costaría demasiado porque se tendría que cuidarlo hasta que alcance suficiente tamaño para poder defenderse de la hostilidad de los que también quieren crecer, de otra manera esa especie plantada morirá o no se desarrollará adecuadamente.
Los que sí deforestan son la agricultura y ganadería extensiva que, para sus propósitos, talan extensiones de bosques, en donde ya será una pérdida definitiva de la foresta derribada. Siendo hoy una preocupación, que no entendemos de cómo se está entregando miles de hectáreas en el llano amazónico para el cultivo de palmito y cacao, que consideramos como un crimen ambiental. Por intereses particulares protegen a estos y persiguen a la tala selectiva. Mientras tanto nuestra región Loreto en particular, se desangra económicamente por la paralización de la actividad petrolera, desapareciendo el canon como la industria forestal. Nuestras autoridades se mantienen inertes sin reacción esperando un milagro o un auxilio momentáneo del gobierno central.
Nuestra región, pudiendo ser una de las más desarrolladas por haber tenido un canon millonario y recursos diversos por explotar, vemos con vergüenza y malestar que estemos dentro de los más pobres del ranking nacional.
Es bueno también tomar en cuenta que no es bueno que los que tienen más vengan a aplastarnos con sus imposiciones a un pueblo que solo tiene para vivir lo que la naturaleza le brinda sin darles una alternativa de vida digna como ellos la tienen.