Luego de todo el despliegue por la cumbre de las Américas hoy en Lima parece ser que se encumbra una etapa que buscará mover la economía de las regiones del país, dando marcha a los proyectos pendientes de inicio en lo que se refiere a infraestructura.
En tal sentido, hoy los gobernadores en Lima se reunirán con el presidente de la República, el premier, ministros de Estado y funcionarios, donde decidirán entre otras cosas los proyectos constructivos que se deberán iniciar en las próximas semanas o meses.
Como todos sabemos, las construcciones generan un movimiento económico local así como la generación de empleo temporal y eso es positivo para una economía estancada por falta de empleo. También el flujo de dinero se da por el lado de los proveedores, por donde se activa el círculo monetario.
Lo que habría que ver es si hay un equilibrio en las decisiones de qué proyectos avanzan y cuáles todavía pueden esperar. Vale decir las priorizaciones. Cierto que en una nación como la nuestra donde falta mucho por hacer, las priorizaciones tienen que ser positivas.
En otras palabras, cómo o quiénes deben tamizar qué debemos priorizar para ir generando esa base de desarrollo que tanto anhelamos para el desarrollo real del país y de cada una de las regiones. Por tanto las obras de infraestructura no deben ser solo las priorizadas.
Existen proyectos que apuntan a mejorar nuestra calidad de vida, la de cada uno de los habitantes como las estructuras portuarias en toda la región Loreto y la Amazonía en general, existen proyectos como la Marina Turística de Bellavista Nanay, como la dotación de servicios eléctricos alternativos como con paneles solares para toda la región y otros tantos más.
Eso de ceder desde el gobierno central de forma no equitativa o con una priorización negativa, se torna sospechosa por todo lo que estamos viviendo desde hace mucho tiempo atrás en cuanto a un pobre control de la calidad de las obras que se entregan, ya que al poco tiempo muestran defectos constructivos o en su efecto queda la preocupación de su sostenibilidad en el tiempo, en lo que del mantenimiento se trate. No vayamos a estar generando “elefantes medio blancos” que funcionen a medias.
Por eso nos preguntamos cómo desde el gobierno central pueden generar una especie de control como política de estado de priorizaciones de las obras, de la calidad, cuál es la línea a seguir, que de no clarificarlo, la aprobación de obras seguirá pareciéndose a una piñata de donde salen los proyectos a manos llenas, pero para seguir llenando suspicacias porcentuales de corrupción que nos dejan obras defectuosas e inconclusas, que no justifica por los millones gastados.