- Mensaje pascual del padre Miguel Fuertes, párroco de la Iglesia Matriz
“Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver”. Con esta frase, el padre Miguel Fuertes Prieto, OSA, recordó en su mensaje pascual que la resurrección de Cristo no es solo un hecho del pasado, sino una presencia viva en la actualidad.
A través del relato evangélico, el sacerdote señaló cómo incluso los discípulos más cercanos, como María Magdalena y Juan, dudaron al principio. No fue hasta que se reunieron con Pedro que comprendieron lo que en verdad había sucedido: Jesús había resucitado, tal como lo había anunciado.
Fuertes explicó que creer en la resurrección no es un acto simbólico o ingenuo, sino una certeza profunda que transforma la vida. Citando a San Pablo, recordó que “ustedes han resucitado con Cristo”, lo que implica seguir su ejemplo de entrega y amor. Para los cristianos, añadió, vivir la Pascua es comprometerse a recorrer el mismo camino de Cristo, un camino de servicio pleno a los demás.
El mensaje también destacó que celebrar la Pascua es más que asistir a una ceremonia religiosa. Es asumir una actitud de esperanza frente a los desafíos cotidianos. En palabras del sacerdote, la resurrección de Jesús representa el triunfo de la vida sobre la muerte y de la luz sobre la oscuridad, y debe inspirar acciones concretas en favor de quienes más lo necesitan.
En el marco del Año Jubilar convocado por la Iglesia, el padre Fuertes animó a la comunidad a reconocerse como “Peregrinos de esperanza”, un lema que cobra especial sentido en el actual contexto de crisis y desánimo. Llamó a caminar juntos, como Iglesia, sin excluir a nadie, recordando que la esperanza cristiana es siempre colectiva y solidaria.
Ser peregrinos, añadió, no es recorrer un camino fácil ni individualista. Es tener la convicción de que, pese a las adversidades, Dios sigue actuando en la historia. Es tender la mano, acompañar, consolar, renovar el ánimo de quienes han perdido la fe o el rumbo.
Finalmente, el religioso saludó a toda la feligresía con un emotivo: “¡Feliz Pascua de Resurrección!”, deseando que la alegría del Señor resucitado ilumine el caminar de las comunidades y renueve su fe en el Dios de la vida. (K. Rodriguez)





