Crisis profunda

Acaso ya podemos diferenciar entre una crisis económica, digamos simple, y una crisis económica, digamos profunda, como se dice que llegaremos a experimentar, pero la verdad que en la práctica muchos ya están en la fase de la profundidad.
Y ni qué pensar que es ahora por consecuencia del Covid-19, para nada, ya viene desde tiempo atrás, pero que en las estadísticas están como camuflados, que se habla de ello al paso sin caer en “dramatismos”, quizás para dar una sensación de que crecemos en economía.
Vamos a ver, dependiendo de lo que entendemos por crecimiento si solo son números que muestran la realidad de un sector del país y se ningunea la crisis profunda en tema económico en que se encuentran muchos peruanos.
Lo que se está queriendo reflejar ahora es que quienes no estaban en situaciones de pobreza y extrema pobreza, van a pasar a ese segmento, si es que no se toman acciones rápidas, pero que las mismas no sean maquillajes para favorecer a quienes no necesitan, como los bonos económicos a grandes empresas que sí podían sustentarse en medio de esta crisis.
Entonces, surgen ideas interesantes y con sólido sustento para resistir lo que estamos pasando con la pandemia, siendo una de ellas, por ejemplo, que consumamos los productos nacionales, los hechos en Perú, y en este mes de la patria iniciemos este sentimiento nacionalista y de identidad que tanta falta nos hace para desprendernos de egoísmos y ser más solidarios.
Comparemos a los micros y pequeños empresarios, a los medianos empresarios que han apostado por el comercio local y regional. Hay de todo en los puestos y de preferencia que se ubiquen en los mercados itinerantes, o por lo menos los que se encuentran cerca a estos centros de abastos que han surgido como una alternativa en esta etapa de estado de emergencia por el coronavirus.
Es también importante pagar el precio justo y que no se abuse de las personas que por la vulnerabilidad que genera el hambre, el desempleo, podrían bajar el precio de sus productos a un nivel de apenas recuperar sus inversiones. Esa es la idea que muchos comparten y desde ya llevémosle a la práctica consumiendo netamente productos hechos en el país, sea de la chacra, del taller de costura, de los muebles, y otros. Está en nuestras manos parte de la reactivación económica regional.