La ciudadanía en general, y nos incluimos como parte del periodismo cívico, no será experta en temas de dominio de las autoridades supervisoras de las acciones de las entidades públicas, sobre todo respecto a las obras constructivas, pero tenemos el suficiente sentido común y muchas veces por lógica, para evidenciar los desaciertos de los controladores.
Uno de los aspectos que se venía observando desde hace mucho tiempo es el por qué la Contraloría observa casi siempre al final de un proyecto, cuando el constructor ya abandonó la obra y dejó frustrado a todo un pueblo porque de ahí vienen arbitrajes o juicios eternos.
Aunque, desde hace un cierto tiempo que ya venimos escuchando del control preventivo “mapeamos los riesgos de una obra, de principio a fin, y determinamos los hitos de control que puede haber para luego intervenir y emitir las recomendaciones que permitan corregir esa situación”, es lo que dijo recientemente el contralor general, Nelson Shack.
Y eso sí que se pone interesante, como que también se corrigió que el personal de la Contraloría no puede ser empleado a sueldo de las autoridades cuya gestión va supervisar, por una simple lógica, que no vas “a morder la mano que te da de comer”. Esto también fue duramente cuestionado por la ciudadanía y organizaciones de base y finalmente cambiaron las cosas.
Otro aspecto es que el accionar de la Contraloría solo es de alertar, aunque esta figura también ya cambia a que tendrán un efecto sancionador, ya que los informes salían y salían, recomendaban y recomendaban, y las autoridades de turno “se reían del asunto”, figurativamente al no acatar las recomendaciones de la Contraloría.
El Contralor ha dicho que con el control concurrente o como mejor nos suena, el control preventivo “es una de las más importantes reformas del control gubernamental que se están realizando en la actualidad, ya que permite prevenir situaciones adversas que pueden derivar en casos de corrupción e inconducta funcional”.
Aseguró que la ley que extiende esta modalidad de control simultáneo permitirá aumentar la capacidad operativa de la Contraloría para fiscalizar la correcta ejecución de más obras a nivel nacional. “Por cada sol que la Contraloría invierte en la realización del control concurrente, se consigue un ahorro de seis soles al Estado en potenciales perjuicios”.
Y algo importancia también que dijo es que ley que expande el control concurrente, va permitir dotar de recursos a la Contraloría para aumentar su capacidad operativa y así se contraten a profesionales que permitan aplicar esta modalidad de control de manera obligatoria a las obras de más de S/ 10 millones, y de manera opcional a las obras de menor costo. Esto atenuará actos de corrupción. Esperamos.