Contaminación atmosférica en Iquitos: el asesino silencioso

Por: Gonzalo Marsá Fuentes – Consultor intercultural

Según la OMS al menos 7 millones de personas en el mundo mueren de manera prematura por enfermedades respiratorias asociadas a contaminación atmosférica. Por otra parte, se estima que la COVID ha provocado aproximadamente 13,7 millones de muertes desde su aparición en 2019.
Eso significa que la contaminación ambiental es un problema de salud, al menos, tan importante como la COVID. Al provocar enfermedades degenerativas sus efectos sobre el sistema de salud pública son menos visibles, pero igualmente demoledores. Al parecer, la contaminación atmosférica se ha convertido en un asesino habitual más “tolerable” para nuestra sociedad.
En Iquitos, la generación de energía eléctrica se basa en gran medida en la combustión de residuales de petróleo por los grupos electrógenos de la planta que Electro Oriente opera en la ciudad. El residual de petróleo, también conocido como “fuel oil” o “bunker C”, es un subproducto espeso y viscoso del proceso de refinación de petróleo crudo. Es casi un deshecho de la producción de hidrocarburos, sin embargo, su bajo costo en comparación a otros combustibles fósiles y alta densidad energética hizo muy atractivo su uso el siglo pasado.
Sin embargo, por su toxicidad en comparación a otros combustibles, la quema de residual de petróleo es una opción que ya solo se utiliza para la producción de electricidad barata de uso industrial en áreas remotas y en aquellos casos en los que no se cuenta con acceso a redes eléctricas y gasoductos o fuentes energéticas limpias alternativas.
Lamentablemente, Iquitos es ese caso. Una lamentable excepción en Perú a nivel de producción de energía eléctrica de uso urbano doméstico.
La quema de residuales de petróleo libera contaminantes atmosféricos por medio de compuestos orgánicos volátiles, dióxido de azufre y partículas finas que pueden afectar la calidad del aire y la salud humana.
Estas emisiones pueden causar problemas respiratorios, relacionados con enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas, cáncer y otros problemas de salud asociados, además de emisiones de gases de efecto invernadero y, lo que puede contribuir al cambio climático.
Por lo tanto, el uso residual de petróleo en la generación de energía térmica en Iquitos a menudo es objeto de críticas y preocupaciones por parte de la comunidad científica y ambiental ya que el Estado antepone la reducción de costos a la salud.
Un estudio publicado en la revista Environmental Pollution en 2019 encontró que la quema de residual de petróleo en motores diesel y turbinas de generación de energía en Iquitos producía emisiones significativas de contaminantes atmosféricos, como el dióxido de carbono, el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles.
La revista Sustainability en 2019 encontró que la quema de residual de petróleo en la región de Loreto, también tiene un impacto negativo en la biodiversidad y la sostenibilidad del ecosistema amazónico.
Según un estudio realizado por la Dirección General de Salud Ambiental del Ministerio de Salud del Perú, la concentración de dióxido de azufre en el aire de Iquitos supera los límites permisibles establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, un estudio realizado por la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) encontró que la quema de residuales de petróleo en Iquitos produce emisiones que contienen metales pesados y otros contaminantes tóxicos que pueden afectar la salud humana y el medio ambiente. Recientemente, se viene estudiando la probable correlación entre elevados índices de contaminación atmosférica y mayor letalidad y morbilidad por COVID.
En general, estos y otros análisis disponibles demuestran que la contaminación atmosférica en Iquitos es un problema grave que necesita ser abordado mediante políticas públicas y medidas de control de la contaminación para proteger la salud de la población y el medio ambiente.
A nivel oficial, el Gobierno del Perú ha lanzado iniciativas para fomentar el uso de energías renovables y más limpias en el país con el objetivo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la calidad del aire. Sin embargo, en Iquitos vamos con retraso, como en otras muchas cosas.
Son prioritarias las políticas públicas para acelerar la transición de la matriz energética a energías limpias, especialmente en Iquitos, no solo por la salud y el bienestar, sino en beneficio de una ciudad que aspira a ser polo turístico y referente ambiental.