- Un grito de dolor contra el feminicidio.
Contamana está de luto, pero también en pie de lucha. La brutal muerte de Erika Marilú Apuela Ríos ha encendido la indignación de toda la población, que ha salido a las calles exigiendo justicia para ella y sus tres hijos, quienes hoy han quedado huérfanos y sumidos en la desesperación.
El principal acusado de este crimen atroz es Abner Veramendi Valderrama, un marino activo, quien se encuentra detenido en la DIPINCRI de Carabayllo, en Lima. Sin embargo, la sociedad no está dispuesta a permitir que este caso quede impune. Con pancartas, consignas y un dolor que se convierte en rabia, miles de ciudadanos, junto a sus autoridades, han protagonizado una marcha masiva para exigir una acción inmediata y ejemplar por parte de la justicia peruana.
El alcalde de Contamana, Rodolfo Lovo Tello, junto con otras autoridades locales, ha acompañado la movilización, respaldando el pedido urgente de justicia y condenando con firmeza este crimen que enluta a toda la ciudad. «No podemos tolerar más feminicidios. No podemos permitir que nuestros hijos crezcan en un mundo donde la violencia contra la mujer siga siendo una sentencia de muerte», declaró la autoridad edil, reflejando el clamor de una comunidad que se niega a permanecer en silencio.
El caso de Erika Marilú es el reflejo de un problema que sigue cobrando víctimas en el país. Sus hijos 2, 10 y 12 años enfrentan el horror de haber perdido a su madre de la forma más cruel e injusta.
Hoy, Contamana grita con fuerza: ¡Ni una menos! ¡Justicia para Erika! No es solo un pedido, es una exigencia. No basta con la detención del acusado; la población demanda una investigación rápida, un juicio justo y una condena ejemplar.
El dolor de esta tragedia no se disipa, pero la voz de un pueblo unido tiene que resonar en cada instancia judicial. No puede haber impunidad. No puede haber más silencio. No puede haber más víctimas. (C. Ampuero)