El alarmante incremento de la minería ilegal en la región Loreto era razón más que suficiente para que las concesiones mineras sean suspendidas, porque hubo un caso en la zona del río Nanay donde abarcaba parte del río y fue anulado, pero se conoce que por poco tiempo.
En verdad que estamos en una situación que, si no se actúa con más firmeza, se corren muchos riesgos y esto lo conocen perfectamente desde las instancias nacionales como el Ejecutivo y el Ministerio de Energía y Minas, que no está actuando como para frenar la extracción ilegal de oro en los ríos de Loreto.
Lo que llama fuertemente la atención es que se siguen tramitando y autorizando las actividades mineras en nuestra región autorizadas por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico – Ingemment, que ya fue cuestionada por organizaciones que siguen este tema con enorme preocupación.
Es por demás sospechoso que quienes están al frente de entidades que deberían ser los primeros en implementar medidas protectoras tras el lanzamiento de las alarmas, sobre lo que viene ocurriendo en los ríos loretanos, parece no importarles y siguen pasivos ante este grave problema de contaminación.
Están a la vista los resultados de la afectación a los pobladores con el exceso de mercurio en sus organismos, así como en los peces que ha pasado el límite de lo permitido, lógicamente porque las especies son consumidas por la población.
Y las concesiones mineras siguen y siguen, ante un indolente Ministerio de Energía y Minas, respecto al daño humano y a los recursos del río más directamente. Necesitamos urgentemente líderes que planteen reclamos efectivos frente a un problema de minería ilegal que aumenta en todas las cuencas de Loreto.
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Concesiones sospechosas
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