“Después que me robaron nunca me dieron las facilidades para resolver mi problema”, dijo
Tiziana Pavone (53), es una italiana que el viernes 14 de enero viajaba rumbo a Santa Rosa en la embarcación “Jorge Raúl”. Amarrando su hamaca a las 2 de la tarde, se metieron a su maletín y robaron un canguro donde había dos tarjetas de créditos, pasaporte, cámara digital, MP3 y dinero.
El patrón de la lancha, cuando Tiziana fue a pedirle ayuda inmediatamente que ocurrió el hecho, éste no le levantó la mirada. Más bien se mostró reacio y esquivo en vez que en el acto autorice revisar las cosas de los pasajeros que en ese momento habían pocos, siendo la mayoría parte de la tripulación.
Al no tener ayuda, fue a buscar a la policía en el puerto Pesquero y al no haber ni uno solo tuvo que ir a la comisaría de Punchana. Ahí tampoco le dieron las facilidades, más bien cuando fueron a la lancha el policía “pidió permiso” al patrón para ingresar.
La policía tampoco le dio las facilidades para poder llamar a Italia o al cónsul de se país, incluso en la primera manifestación pusieron cosas que la agraviada no había dicho, como por ejemplo que “el canguro se había extraviado”, y que en vez de tarjetas de crédito pusieron “carta poder”.
Con ayuda de un abogado que estaba en la comisaría de Punchana, Tiziana Pavone se logró comunicar con el cónsul de Italia en nuestra ciudad, Federico Ventre. Es ahí cuando consiguió que recién los policías redacten, por cuarta vez, su manifestación.
“En todo momento me maltrataron, no me atendieron como deberían tratar a una persona que quiere hacer valer sus derechos. Igual sucedió con el patrón de la embarcación que en todo momento no dio las facilidades para que revisen las cosas, incluso nunca me miró a la cara.
Además, cuando pedí que me devolviera el dinero porque ya no iba a viajar, se negó, no quiso. Yo no tenía dinero conmigo y tuve que esperar buen rato para que lo haga. Hubo demasiado maltrato. Yo voy a viajar a Italia y ahí pondré en conocimiento a los medios de comunicación de lo que me pasó acá para que tengan cuidado”, dijo muy molesta y a la vez decepcionada del maltrato sufrido.
Ojala estos impases no vuelvan a suceder, más si son turistas que llegan desde tan lejos con ansias de conocer nuestra región. (GLP)
Las lanchas son tierra de nadie, alguna vez por reclamar que seguían subiendo carga y pasajeros, me dijeron que nadie me había obligado a subir y que si quería me podía bajar en la comunidad más próxima… caballero nomá puse mi denuncia en vacío porque sé que nada se hizo
en realidad la policia sabe que siempre que un turista es robado conocen a los ladrones pero no toman ninguna actitud por eso turistas extranjeros no quieren volver y yo soy uno de ello si pasara aqui en brasil eses ladrones acabarian muertos