- “Porque recordar es volver a vivir”.



Reza un slogan radial. Y es verdad. Los momentos de hoy, son recuerdos del futuro. Por lo que, al revivirlos, es nuevamente sentir lo pasado.
Y recordar los carnavales de antaño, cuando se era joven, fue una algarabía indescriptible vivida ayer por los más de 50 adultos mayores acogidos en la casa estancia “San Francisco de Asís”, antes conocido como el asilo de Iquitos.
Una organización impecable. Los adultos mayores lucían sus polos carnavaleros. Las autoridades como la directora, la gerente de la Beneficencia, el regidor Enrique Alván Flores, el representante del gobierno regional, así como los trabajadores de la casa estancia; también irradiaban alegría en espera de las danzas regionales y de la caída de la humisha.
“La belleza, armonía, fraternidad, igualdad, el trabajo en equipo, la celebración, la fiesta; son valores que queremos transmitir. Son experiencias que todas las personas hemos vivido, los carnavales son una tradición acá y en todo el país.
Recordar es volver a vivir, son momentos felices que se guardan en el existir, momentos de alegría, gozo y felicidad que hoy se volverán a vivir” expresó la directora del Centro del Adulto Mayor “San Francisco de Asís”, Jackelin Medrano.
Mientras que la gerente de la Beneficencia de Iquitos, Violeta Huayané Zevallos, decía lo siguiente: “Quiero felicitar a los que laboran en este centro porque siempre están pensando en ver cómo darles alegría a los adultos mayores, fomentar la unión, el que ellos se sienten con ganas de seguir celebrando la mejor fiesta tradicional de la región” puntualizó.
Mientras que el regidor de la municipalidad de Maynas, Enrique Alván Flores, dijo: “Es un honor para mí estar en cada actividad que se hace en esta casa, junto a ustedes. Ver que nuestros “jóvenes” el día de hoy puedan celebrar esta tradición y cultura bonita que tenemos.
Hay que sentirnos orgullosos de lo que tenemos, de nuestras tradiciones, de nuestras danzas típicas, de nuestro carnaval que es Patrimonio Cultural de la Nación, desde el año 2023”, recordó Alván.
Concluidas sus palabras, ingresó una trabajadora del centro a bailar música brasileña. Generó muchos aplausos por los adultos mayores. Luego bailó el grupo de danza de la casa mencionada, conformado por las trabajadoras. Después cantó la señora Semira Lomas y el grupo de danzas típicas del gobierno regional.
Hasta que ingresaron los inmensos “carnavalones” que eran la atracción de todos. Ahí empezó la algarabía total. Jóvenes, adultos, adultos mayores y hasta menores se colaron en la gran fiesta carnavalera. La humisha se colocó en el centro, los adultos mayores danzaron, incluso algunos en sus sillas de ruedas que eran apoyados por las trabajadoras.
Llegó la maicena, todos con el pelo y rostro blanco. A algunos no era necesario echarles maicena, porque lucían su cabellera plateada, testimonio de las muchas décadas vividas. Bien o mal, sólo ellos lo saben. La humisha cayó, todos encima de ella para coger los humildes regalos colocados.
Hoy es otro día. El vivido ayer, fue un día cargado de alegría incomparable, de sonrisas, bailes, de movimientos lentos para los que estaban en silla de ruedas, quienes en señal de que aún les gusta escuchar sus danzas amazónicas; movían los brazos, las manos, aplaudían. Hoy, todo lo vivido ayer, ya se ha convertido en un hermoso recuerdo.
Cada día las personas se alejan de su creador tal cual la biblia lo dijo arrepientace doble rodillas porque no dejan ingresár ni ingresarán es momento de regresar al camino de Dios….