Calles limpias

La ciudad está irrespirable e intransitable. Por donde uno vaya se encontrará con zanjas, huecos, preparación de asfalto con las fortísimas emanaciones de la brea a cargo de personas sin ninguna protección y, amontonamientos de tierra y ahora lodo.

 

Los trabajos del alcantarillado han venido a trastocar la existencia a la población que muchas veces ha salido a las calles a protestar por situaciones desagradables por las que han tenido que pasar, como la inundación de sus viviendas y el pésimo estado de sus calles.

 

En el transcurso de su desarrollo, esta obra, la más grande de la historia de Iquitos y esperamos provechosa para la colectividad, se han producido situaciones fortuitas con resultados trágicos.

 

Están registrados accidentes lamentables como del niño que se ahogó en una poza en la zona del terminal terrestre, los trabajadores que vivieron situaciones peligrosas  por no contar con   elementos de seguridad, quienes fueron tapados por la tierra en el derrumbe de una excavación y ahora último, la muerte de dos policías, al chocar contra una maquinaria pesada.

 

En gran parte de los sectores marginales se ha concluido los trabajos, no sin el desagrado de los vecinos que dudan de la eficiencia de la obra, argumentando que los tubos empleados son frágiles y de pequeñas dimensiones, incapaces de soportar la carga de las aguas pluviales y de los desagües.

 

El centro de la ciudad, a partir de las primeras cuadras de Raimondi y Fitzcarrald, inmediaciones donde se encuentran nuestras instalaciones, al igual que todos los sectores donde se hayan terminado estos trabajos, esperan, por parte de la empresa constructora, la limpieza de los residuos como tierra, que por la elevada temperatura reinante levanta una densa polvareda al paso de los vehículos, ensuciando todo a su paso. Que conste, que uno de los compromisos de la empresa china es dejar las calles en buenas condiciones, luego de concluida la obra.