Titulares

Basta de receptación

La ciudad de Iquitos admirada por su tranquilidad y tanta confianza que hasta los vecinos podían dejar la puerta de sus casas abiertas, y no pasaba nada, ya es historia, al menos en la actualidad estamos viviendo la otra cara de la medalla y día a día estamos amenazados por la delincuencia común y criminal.
Cada día nuestras calles son escenario de asaltos y otras formas de arrebato de pertenencias, pero una de las acciones delictivas más comunes es el robo de motos y mototaxis, más que todo las motos, y en el día a día muchas personas se ven perjudicadas por este delito.
Hay muchas historias en estos robos, como de personas que con mucho sacrificio se han comprado un vehículo para sus labores diarias y dentro de las cuales están los temas laborales, para que en cuestión de minutos un par de desvergonzados ladrones se la lleven.
Los casos no terminan ahí, más se trata del inicio de una nueva pesadilla a vista y paciencia de las autoridades policiales, ya que al realizarse la denuncia respectiva ante la División responsable de la Policía Nacional en Loreto, sede Iquitos, dejas los datos personales de ley, pero además escribes el número de tu equipo móvil.
Y vaya, vaya, que a las pocas horas el ladrón del vehículo le empieza a llamar para chantajear y completar su robo, al pedir una suma de dinero para que devuelva el vehículo. Muchos no ceden al chantaje y prefieren decirles “que se pudran en el intento”.
En este momento del delito, cuando no les sale bien esta forma de actuar, es cuando desmantelan el vehículo para vender las partes del mismo, aunque también ofrecen la moto completa con algunas modificaciones que hacen al vehículo.
Acá, de igual forma es un tema increíble, puesto que nos coludimos con los ladrones al comprar estas piezas que no sabemos de cuál moto robada será y a cuál vecino o vecina honesta le han arrebatado, pues, esto configura delito. Está tipificado como receptación en el Código Penal artículo 194, que habla de pena privativa de la libertad de quien compre cosas robadas o de dudosa procedencia.
Falta firmeza en el actuar de la Policía, para ubicar y notificar a la instancia respectiva a las bandas de roba motos que ya operan en nuestra ciudad, que tienen abogados, y entran a la comisaría como “si estuvieran en sus casa”, lo que refleja cierta complicidad ya que si no compráramos piezas robadas o de dudosa procedencia, seguro que el robo de motos no sería un “negocio” para las mafias, y con esta forma de nuestro actuar estaríamos contribuyendo como ciudadanos a la lucha contra este delito.