“Ayyy país, país, país…” dijo un día un poeta.

Y al escuchar las noticias de alcance nacional es como parafrasearlo ahora y siempre. Las paradojas en esta vida van y vienen. Hace poco en Iquitos se inauguró una filial de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL), esto para que la región cuente con más inspectores dedicados a observar la condición laboral de las personas contratadas.

No hay que olvidar que las direcciones de trabajo de alcance regional, siempre han adolecido de inspectores por lo que no podían cumplir con su trabajo al 100%. Ellos son los encargados de velar por el estricto cumplimiento de las obligaciones laborales, incluidos convenios colectivos celebrados por las organizaciones sindicales, contribuyendo con la democracia y formalización de los trabajadores y empleadores, accionando en el desarrollo de la sociedad y de la economía, orientando, fiscalizando y sancionando en incumplimiento de las normas.

Pero resulta que en estos instantes los trabajadores de Sunafil, a través de sendos comunicados, vienen dando a conocer a la opinión pública que el Estado no está respetando sus derechos laborales. Y que más bien vienen debilitando y menoscabando el sistema inspectivo y a los inspectores de trabajo, ya que el MEF ha desconocido su “bono a la función inspectiva”.

Beneficio que ganaron a través de negociación colectiva con el Ministerio de Trabajo en el año 2010, el mismo que ya está presupuestado, puesto que pasó las exigencias técnicas y reglamentarias de acuerdo a la ejecución presupuestal 05-2010 aprobadas por el propio MEF. La situación es como para decir: “en casa de herrero…cuchillo de palo”. ¿Quién podrá defenderlos del impase laboral? Roberto Gómez Bolaños: “Chespirito”, ya no está en el mundo de los mortales.

Debido a ese atropello contra la libertad sindical, los trabajadores de SUNAFIL de todo el país han anunciado para mañana martes 16 de diciembre, una Paralización Nacional, con el objetivo que el gobierno les respete el derecho de la negociación colectiva de los inspectores de trabajo. De no ser escuchados, irán a un paro mayor que podría desembocar en una huelga nacional indefinida.