Así se vienen dando las cosas

Por: Ing. César Calderón Vela
Reg. CIP. 32486barcos viejito

 

Es tiempo de que comencemos a preguntarnos ¿Qué pasa con los Programas Sociales del Estado Peruano? No realizan su papel de protección a nuestra población pobre y longeva que vive y radica en nuestros centros poblados rurales del Departamento de Loreto. Casualmente después de un viaje de rutina por la cuenca del río Marañón, para después desplazarme por el Lago San Pablo de Tipishca, donde se encuentran asentadas muchas comunidades nativas como Dos de Mayo, Sucre, San Ramón y Bagazán, lo cual me sirvió para reflexionar cuando niño me llevaban mis padres al fundo de mis abuelos Manuel Vela Vásquez y Doña Otilia Ruíz de Vela; mi abuelo de Moyobamba, trajo consigo la tradición ganadera de los samartinenses, con un ganado adaptado a la zona de la llanura amazónica, quienes sufrían los embates del clima y el comportamiento del caudal de los ríos, al inundarse las tierras bajas y de restinga, pues el ganado tenía que adaptarse a estas condiciones de crianza. Este ganado era un cruce de sangre de razas cebuinas entre Guzerat, Gyr y Nelore, pues con trabajo persistente logró desarrollarse como ganadero en esta zona llamada «Villa Otilia» (Hoy Lago San Pablo de Tipishca)  por ser una zona muy rica en productos ictiológicos como el «paiche», «gamitana», y «lagarto negro»; es allí donde nace una familia enraizada con el trabajo duro del campo, con el sembrío de la caña de azúcar y sus derivados; tuvieron sus hijos, donde mi madre muy jovencita Otilia Vela Ruíz, decidió estudiar en el internado de Requena, para después viajar al norte de Trujillo y conocerse con mi padre también de profesión maestro, pues me enorgullece que salieron de abajo, con su esfuerzo, sus hijos Augusto Vela Ruíz y Manuel Vela Ruíz, ambos industriales se dedicaron a la construcción de las primeras embarcaciones de fierro que llegarían a Pucallpa y Yurimaguas, así como  también por el río Huallaga a Chazuta (Departamento de San Martín),  son los pioneros del transporte fluvial por todas la hoya amazónica. Y no podemos dejar de señalar a Mario Vela Ruíz, joven mecánico, especializado en Estados Unidos como el responsable en la operación de los motores de los aviones, era el que calculaba el rendimiento y control del consumo de combustible, es decir era quien chequeaba el avión antes del vuelo. Perdió la vida junto a 5 tripulantes en un avión caza North American NA – 50 «Torito», cayendo su avión al mar, cuando escoltaban a los cruceros de la «Marina de Guerra del Perú» durante el conflicto armado ya que no hubo declaración oficial de la guerra con el Ecuador en 1941. Estos cruceros llevaban pertrechos y tropa a la zona de conflicto de Zarumilla-Tumbes. En esta acción se inmoló como héroe loretano de nuestra Fuerza Aérea del Perú. Ya en el centro poblado de Bagazán tuve el honor de conocer a Don Julio Torres Curico de 87 años de edad, quien conoció a mi abuelo Manuel Vela Vásquez,  ya con el ánimo de entablar una conversación decidí pernoctar en dicho lugar, la misma que extrajo de su memoria unos pasajes, que cuando tenía 18 años, por los años de 1946 no era común que las familias tengan un motor fuera de borda, o un motor Peque Peque – PKPK, y que las únicas embarcaciones de ruta eran el «Adolfo» y «Libertad» que eran buques a vapor que hacían ruta de Iquitos a Yurimaguas, y esa travesía demoraba siete días, pues para viajar a Iquitos se utilizaban estos medios de transporte, era de mucha novedad conocer la ciudad de Iquitos, y que solamente la población pudiente o comerciantes viajaban a Iquitos, Don Julio Torres muy inquieto por su juventud viaja a Iquitos en estas embarcaciones y por su demora no alcanza tomar de vuelta la embarcación que los llevaría de retorno a su pueblo, estando en Iquitos se encuentran con Don Manuel Vela Vásquez, quien le manifiesta que tiene una buena embarcación y buenos remos para regresar, es así que deciden viajar de retorno, lo cual describe que lo hicieron en nueve (9) días, pasaron por Tamshiyacu, donde pararon solamente para comprar pescado para alimentarse, al quinto día de vogar a remo llegan al centro poblado de Grau, cercano a la ciudad de Nauta, donde uno de ellos decide comprar gallinas y cocinarlo en alguna costa brava del lugar, y continuar con el viaje, llegan a la ciudad de Nauta al quinto día, donde describe que era un centro poblado con viviendas precarias y una población indígena de la etnia «kukama kukamiria», allí comen y beben para proseguir con el viaje a remo, solamente navegaban en el día y la embarcación no tenía «pamacari» y/o «techo», para protegerse de los rayos del sol y la lluvia tropical, señala que en esa época el día era sombrío y fresco, no como ahora donde los rayos del sol queman, y es al noveno día donde llegan al Fundo «Villa Otilia». Lo que trae indignación es que las autoridades son ajenas, insensibles, y la falta de respeto a este hombre que es ejemplo de trabajo, que por su humildad y el poco conocimiento, no reclama más, y desde aquí hago un llamado al alcalde Manuel Cárdenas Soria de la Provincia de Loreto, y a su Oficina de la Unidad de Empadronamiento Local – UEL del SISFOH (Sistema de Focalización de Hogares) para que se le considere a Don Julio Torres Curico, de 87 años de edad, de condición pobre, pertenecer al Programa «Pensión 65», le amputaron su pie para salvarle la vida al ser mordido por la «shushupe», víbora con potente veneno que causa la muerte.