Desde hace varios años que se escuchaba que los funcionarios de una organización política que lleguen al poder del gobierno regional o municipal, eran generalmente de la militancia y están “invitados” a colaborar con un porcentaje de sus ingresos mensuales por el cargo político para gastos partidarios.
Pasado el tiempo se habría extendido esta forma de “recaudar fondos” ya no solo a los funcionarios sino a ciertos trabajadores militantes que ingresaron a laborar con la gestión. Pero en los últimos años pareciera que se ha extendido el “aporte voluntario” a todos los trabajadores cuyos contratos dependan de la gestión que esté todavía en ejercicio del poder.
Entonces, como que el delito contra la administración pública ha ido extendiendo sus “tentáculos” y ha llegado a los bajos sueldos de sus trabajadores, sin importar que un recorte a lo poco que reciben puede afectar bastante a sus necesidades, muy aparte que no hay derecho a hacer este tipo de actos antiéticos y delincuenciales.
Un último caso detectado es lo ocurrido en la oficina de la Municipalidad Distrital de Parinari, donde intervino la Fiscalía tras una minuciosa investigación luego de haber recibido la denuncia de trabajadores afectados con esta modalidad de obtener dinero ilícito por parte de funcionarios.
El intervenido en la municipalidad de Parinari ha sido el tesorero Carlos Hernán Gutiérrez Vásquez, quien sería el intermediario para la recepción de dinero a cambio de trabajo. En su poder encontraron 17 cheques que al inicio de la denuncia fueron fotocopiados y rociados con el reactivo químico que corresponde. Las investigaciones de este caso continúan.
Este perjuicio a los trabajadores sería quitándoles sus derecho a productividad, según las primeras diligencias que arrojan esos indicios. Una forma de sustraer recursos municipales, utilizando para ello a los trabajadores.
De hecho no es el primer caso, y seguro tampoco será el último caso. Lo lamentable e indignante de esta nueva modalidad de robarle al Estado es que afecta un dinero que ganado en derecho bien podría quedarse con los trabajadores, pero no, las inteligencias se inclinan a cómo defraudar al dinero que nos pertenece a todos y todas. Esta vez no era para aportar al partido o a la organización política, no se conoce el destino final del dinero que juntaban.
Lo que sí parece estar claro es que se trataba de un “cupo” que entregaba la persona al momento de recibir su cheque de pago del mes, pero se desconoce si lo tenían que entregar mes a mes. Se espera que la justicia no solo logre identificar a todos los involucrados, sino que se devuelva a cada uno de los trabajadores lo que entregaron obligados, de parte de su remuneración mensual.